Presidente de la República, João Lourenço

2 de marzo de 2021

Discurso del Presidente de la República en la reunión del Consejo de Ministros

Integral a la intervención del Presidente de la República de Angola, João Lourenço, realizada hoy en la inauguración de la 2ª Sesión Ordinaria del Consejo de Ministros.

Vicepresidente de la República

-Ministros de Estado

-Señores Ministros

-Compatriotas, angoleños y angoleñas

Aunque no es una costumbre, decidí abrir esta sesión del Consejo de Ministros con intervención pública, no para abordar los temas aún vigentes de la necesidad de combatir la corrupción o la pandemia del COVID-19, sino de los hechos políticos y sociales del país de los últimos días que han despertado la atención de nuestra sociedad.

Este 2 de marzo, permítanme aprovechar esta oportunidad para saludar a la mujer angoleña y resaltar los logros alcanzados en cuanto a su emancipación, igualdad de derechos y oportunidades, asumiendo grandes responsabilidades en la vida política y en el aparato estatal, destacándose en otros áreas de la vida, como el deporte, la docencia, la salud, la gestión empresarial o la investigación científica.

El buen ejemplo de madre, educadora, compañera, trabajadora, es reconocido y valorado por toda la sociedad angoleña.

Queridos compatriotas

El país fue sorprendido en la madrugada del 30 de enero con un acto de rebelión armada en la villa de Cafunfo, en Lunda Norte, liderado por un grupo de ciudadanos nacionales y extranjeros que atacaron, con distintos tipos de armas, una comisaría.

La reacción de las fuerzas policiales resultó en la muerte de seis insurgentes y algunos heridos, quienes fueron atendidos de inmediato en las diferentes unidades hospitalarias de la provincia.

Sin embargo, lamentamos la pérdida de vidas humanas 19 años después del cierre definitivo de las armas en el país y el restablecimiento de la paz y la reconciliación nacional entre los angoleños.

Condenamos enérgicamente esta acción y desalentamos la práctica de todos aquellos actos que atenten contra la seguridad y la soberanía nacional, contra la Constitución y la ley, como el intento de dividir y desmembrar el territorio nacional.

Como se establece en el número 6 del artículo 5 de la Constitución, “el territorio angoleño es indivisible, inviolable e inalienable, oponiéndose enérgicamente a cualquier acción de desmembramiento o separación de sus parcelas, y ninguna parte del territorio nacional ni los derechos de propiedad pueden ser enajenados de soberanía que el Estado ejerce sobre ella”.

Como siempre, surgieron voces que se apresuraron a condenar a la Policía Nacional que frustró la acción criminal, y no a los actores del atentado contra el Estado angoleño.

Para estas personas y organizaciones, la policía es criminal porque, en su opinión, quienes en la noche atacaron la comisaría con armas son ciudadanos pacíficos que realizaron una simple manifestación, reclamando mejores condiciones de vida.

Entre ellos, también encontramos partidos políticos con escaños parlamentarios, cuyos diputados han jurado cumplir y hacer cumplir la Constitución y la ley.

Que los órganos competentes del Estado, los Servicios de Investigación Criminal, el Ministerio Público y los Tribunales determinen la veracidad de los hechos, la responsabilidad de cada uno de los participantes y actúen de conformidad con la ley.

Aproximadamente un mes después de estos tristes hechos, aguardamos las conclusiones de la investigación en curso y la rendición de cuentas penal de los agentes de la Policía Nacional que habrán realizado actos considerados inhumanos, deshonrando su uniforme. Condenamos enérgicamente este tipo de prácticas, que de ninguna manera dignifican a la corporación.

Queridos compatriotas

Hemos estado siguiendo con gran atención los debates públicos sobre la nacionalidad adquirida por los líderes de los partidos políticos y la probabilidad de que aspiren a postularse algún día para el cargo de máxima magistratura de la nación.

El análisis de la finalidad del debate ha sido manipulado y distorsionado para conveniencia de unos pocos, como si el tema fuera la doble nacionalidad para la mayoría de los ciudadanos, condición que hoy no está prohibida a ningún angoleño, salvo la excepción prevista en el Constitución.

Así, consideramos infundados y poco realistas los temores de algunos analistas de políticas nacionales, que apuntan al surgimiento de una campaña de incitación al racismo y la xenofobia.

Para un país como Angola, que ha pagado un alto precio con la pérdida de vidas humanas e infraestructura, por su empeño y fuerte compromiso en la lucha contra el régimen racista y segregacionista en Sudáfrica, por lo tanto contra el racismo, no es realista ni creíble hablar de un plan para fomentar el racismo y la xenofobia.

Durante siglos, toda la lucha por nuestra emancipación, por nuestra Independencia Nacional, fue al mismo tiempo contra la segregación racial, contra el racismo. Tolerar el racismo y la xenofobia sería negar nuestra propia historia.

El Estado está atento, no ve señales preocupantes, pero si eventualmente aparecen, seguramente será combatido y subsanado de inmediato.

Todo el ruido en torno a este falso problema busca, sobre todo, propiciar la división entre los angoleños, entre las distintas regiones del país, entre las distintas tribus y etnias que conforman nuestro rico y vasto mosaico cultural, y que siempre han vivido y vivido. Seguiremos viviendo en perfecta armonía, a juzgar por nuestra historia, nuestra cultura y experiencia social.

Angoleños y angoleños

Observamos con cierta preocupación el surgimiento generalizado de la práctica de profanar símbolos nacionales y monumentos de personajes históricos, de destrucción, robo y vandalismo de bienes públicos, como viviendas, subestaciones eléctricas, puestos de transformación, escuelas, unidades hospitalarias y otras infraestructuras, que existen para atender a la población y que cuestan mucho a las arcas del Estado.

Esta actividad delictiva ha sido desarrollada casi siempre por jóvenes con avidez de lucro fácil, sin importar el gran daño causado a las comunidades de las que ellos mismos forman parte.

Está claro que las autoridades competentes redoblarán sus esfuerzos para combatir este nuevo tipo de delitos, pero estamos convencidos de que solo lograremos buenos resultados si toda la sociedad se involucra en la lucha.

Si tenemos en cuenta el papel que siempre han jugado nuestros jóvenes en las distintas etapas de nuestra historia, nos lleva a concluir que, en general, ¡los jóvenes no destruyen, los jóvenes construyen! construyeron nuestra independencia, construyeron la paz y la reconciliación nacional, hoy están reconstruyendo la infraestructura del país, están construyendo el presente y el futuro de Angola.

Joven angoleño, no se deje llevar por los malos consejos, las malas compañías, no quiera hacerse famoso por lo negativo, por la práctica de actos que de ninguna manera dignifican a la juventud angoleña de la que estamos tan orgullosos.

Queridos compatriotas

El año pasado, tras las denuncias de los fieles y la investigación por parte de los servicios competentes y ante la presunción de graves delitos cometidos por algunos líderes y pastores, asistimos al cierre de templos de una de las iglesias reconocidas, que está presente en prácticamente todo el mundo,y en el territorio nacional.

El proceso transcurre por sus trámites habituales con la Procuraduría General de la República, pero, como sabemos, en un intento de buscar la verdad de los hechos para no cometer injusticias, la Justicia en ocasiones es lenta y, con ello, miles de fieles no pueden ejercer el derecho al culto que les otorga la Constitución y la ley.

Corresponde al Estado encontrar una salida, dando un trato diferente a los imputados en la presunta práctica de delitos, y otro a los fieles que se sienten perjudicados por esta situación creada no por la Iglesia, sino por ciudadanos de la Iglesia que deberían Ser los únicos que paguen por los posibles delitos que hayan cometido.

Queridos compatriotas

Mediante Orden Presidencial No. 15/18 de 19 de febrero se creó la Comisión Interministerial para la Reforma del Estado, la cual ha venido, desde entonces, atendiendo un conjunto de diplomas legales considerados importantes y orientados a reorientar y reposicionar la intervención del Estado, reestructurar la maquinaria administrativa del Estado para hacerla más eficiente, con miras a modernizar, simplificar y reducir la burocracia en la administración pública, municipalizando los servicios públicos, entre otros.

En este marco, hay varias medidas adoptadas o en preparación para implementar las directrices generales.

Tras una profunda reflexión y un minucioso estudio, pero sobre todo la experiencia resultante de su aplicación;

De conformidad con el artículo 233 de la Constitución de la República de Angola, decidí tomar la iniciativa de revisar la Constitución, cuyos términos se verán en la presente sesión del Consejo de Ministros y posteriormente se remitirán a la Asamblea Nacional para la Propósitos adecuados.

Con el fin de preservar la estabilidad social y la consolidación de los valores fundamentales de nuestro Estado de Derecho Democrático, la propuesta consta de una importante revisión puntual, enfocándose, entre otras, en las siguientes áreas:

-Aclaración del modelo de relación institucional entre el Presidente de la República, como Titular del Poder Ejecutivo, y la Asamblea Nacional, en materia de fiscalización política.

-Consagración del derecho al voto a los ciudadanos angoleños residentes en el extranjero.

-Afirmación constitucional del Banco Nacional de Angola como Entidad Administrativa Independiente del Poder Ejecutivo.

-Eliminación del principio de gradualismo como principio constitucional que orienta el proceso de institucionalización efectiva de las autoridades locales.

-La constitucionalización de un plazo fijo para la celebración de elecciones generales.

También se presentan propuestas para la inclusión de nuevos asuntos, así como creemos oportuno aclarar diferentes aspectos de nuestra Constitución. Los detalles de las propuestas, su significado, alcance y fundamentos, serán presentados públicamente.

Con esta propuesta de revisión de la Constitución se pretende preservar la estabilidad de sus principios fundamentales, adecuar algunas de sus normas a la realidad actual, manteniéndola ajustada al contexto político, social y económico, aclarar los mecanismos de inspección política y mejorar la relación institucional entre los órganos soberanos, así como corregir algunas deficiencias.

Se pretende, con ello, tener una mejor Constitución, para que siga siendo el principal instrumento de estructuración de la sociedad angoleña, capaz de acercar a los angoleños en torno a nuestro proyecto común de sociedad, la construcción de una sociedad de paz, justicia y progreso social.

Muchas gracias