4 de mayo de 2019
El Corredor del Lobito, potencial económico de la vía férrea africana
La reconstrucción de una de las más históricas vías férreas africanas, el corredor del Lobito, ha supuesto en relieve el potencial en términos de inversión. Esta vía férrea con más de 1.300 kilómetros ha reducido a la mitad el tiempo de viaje, para algunos días en vez de semanas.
En el sur del continente africano, las empresas pueden enviar las mercancías a los puertos de Dar es Salaam, de la Beira o de Durban, en el océano Índico, tardando en llegar a su destino hasta tres semanas. También pueden optar por enviarlas por Angola al puerto de Lobito, en el Atlántico.
El Corredor del Lobito comienza en el Puerto del Lobito, atraviesa el territorio angoleño hacia el Este y cruza las regiones mineras de la República Democrática del Congo, en la provincia de Katanga y la llamada “Cintura del Cobre” en Zambia.
"Al otro lado de la frontera, queda la provincia de Katanga, rica en minerales, especialmente en cobalto, mineral raramente usado en la fabricación de teléfonos móviles", ha explicado Chris Burns.
La vía férrea comenzó a ser construida en 1903 y quedó lista en 1929. El acuerdo de concesión duró 99 años. Angola recuperó la infraestructura en 2001. La reconstrucción llevada a cabo por una empresa china costó los 2.300 millones de euros. Inaugurada en 2015, la vía férrea usa locomotoras de General Electric y vagones chinos. Hay planes para expandir la línea a Zambia, otro país africano rico en minerales.
"Actualmente tenemos dos trenes de quince en quince días, y estamos trabajando para tener tres a cuatro o incluso cinco trenes al día", ha afirmado Luís Lopes Teixeira, presidente de la Empresa Ferrocarril de Benguela.
La conexión ferroviaria puede favorecer a la economía
"Los sectores que podrán beneficiarse de la Línea del Ferrocarril de Benguela son los sectores de la agricultura, la industria, la construcción y la creación de nuevas empresas", ha asegurado Lopes Teixeira.
En Luanda, la empresa de logística Early Green considera que el corredor del Lobito es una enorme oportunidad.
"Estamos muy cerca de las más importantes minas de la República Democrática del Congo, justo allí, al otro lado de la frontera, es muy accesible", ha subrayado Sérgio Chambel, director operativo de la empresa angoleña.
El Corredor del Lobito favorece los negocios de las grandes y de las pequeñas empresas. La conexión ferroviaria permite, por ejemplo, el transporte rápido del azufre desde el puerto de Lobito a la República Democrática del Congo. Y hay potencial para servir a otros mercados del sur del continente africano. La nueva vía férrea es una oportunidad para desarrollar el sector agrícola y la industria alimentaria.
"En las áreas más remotas del este del país, donde hasta ahora no había carreteras y donde la vía férrea fue reconstruida, las personas pudieron encaminar la producción agrícola para venderla en los municipios y provincias vecinas, el potencial es enorme. la industria de transformación de alimentos, pueden usar la vía férrea para enviar los productos a las ciudades, a la costa y hasta para la exportación ", ha afirmado Jon Schubert, antropólogo de la Universidad Brunel de Londres.