10 de Octubre de 2023
El FMI recorta la previsión de PIB de España en 2024 y anticipa una inflación más alta
El FMI ha recortado este martes su previsión de crecimiento para España y ha elevado la de inflación. El Fondo avisa de que la coyuntura económica todavía sigue siendo muy delicada para España y Europa por el incremento del precio de las materias primas, de los tipos de interés y de la incertidumbre geopolítica. El crecimiento de la eurozona será pírrico durante los próximos meses, lo que se está contagiando a España por la vía del menor dinamismo de las exportaciones. El Fondo mantiene la previsión de crecimiento de España para 2023 en el 2,5% gracias a las revisiones que ha realizado el INE en el último mes. Sin embargo, ha recortado su previsión para los próximos meses. El crecimiento interanual del último trimestre del año será del 1,6%, dos décimas menos de lo que estimaba el FMI hasta ahora. Y en 2024 el crecimiento previsto se reduce en otras dos décimas hasta el 1,7%.
A pesar del recorte en las previsiones, España seguirá liderando el crecimiento en Europa. El Fondo prevé que el conjunto de la eurozona crecerá apenas un 0,7% este año, casi cuatro veces menos que España, y en 2024 avanzará un 1,2%, cinco décimas menos que España. Todos los grandes países del euro crecerán menos que España tanto en 2023 como en 2024. De esta forma, la economía nacional se encamina hacia una ralentización algo más acusada, pero todavía en tasas de crecimiento muy superiores a las del conjunto de la eurozona. Hasta ahora, España crecía más que la media comunitaria gracias a las exportaciones, en especial de servicios turísticos, pero este motor ya se ha agotado. Ahora es la demanda interna la que tirará de la actividad, según las previsiones del FMI. El Fondo calcula que la demanda doméstica crecerá un 2% este año y un 1,8% el próximo, lo que contrasta con el 0,3% de la eurozona en 2023 y el 1,2% en 2024.
La ralentización de la economía es más intensa a medida que la inflación se perpetúa. El FMI anticipa que los precios seguirán subiendo intensamente durante más tiempo de lo esperado. El motivo está en el repunte de los precios energéticos en los últimos meses tras el acuerdo de los países de la OPEP para recortar la producción de petróleo. El Fondo anticipa que el IPC de España será del 3,5% este año y volverá a subir en 2024 hasta el 3,9%. Este repunte de la inflación previsto para 2024 provocará que España tenga más inflación que el resto de grandes potencias europeas. Por ejemplo, el Fondo estima que el conjunto de la eurozona tendrá una inflación del 3,3% y tanto Francia como Italia se situarán ya por debajo del 3%.
El final de las medidas contra la inflación explica que España vaya a perder su posición privilegiada actual de país europeo con menor subida de precios. Estas políticas, como las rebajas de impuestos, la excepción ibérica o las subvenciones a transportistas, finalizan en 2023 y acelerarán los precios a partir de enero. El Fondo está calculando ahora que España seguirá teniendo una inflación superior al 3% durante todo el año 2024. En diciembre, el IPC estará en el 3,4%, lo que significa que la inflación se mantendrá en cotas muy elevadas durante todo el horizonte de proyección. En su informe anterior, del mes de abril, el Fondo calculaba que el IPC ya habría caído por debajo del 3% hacia finales de 2024, hito que ahora se retrasa, en el mejor de los casos, hasta 2025.
Europa y China preocupan
A nivel internacional, el informe del FMI deja dos lecturas clave. La primera es que la economía está consiguiendo evitar un escenario de aterrizaje duro (recesión para contener la inflación) gracias a Estados Unidos y a las economías emergentes. Sin embargo, el aterrizaje es inevitable y la economía global se encuentra ya muy cerca del estancamiento por los graves problemas de crecimiento que sufren China y Europa. El Fondo ha recortado en dos décimas su previsión de crecimiento de la eurozona para este año, hasta el 0,7%, y en tres décimas la de 2024, hasta el 1,2%. Estos pobres datos están marcados por Alemania, que sigue sumida en la recesión. El FMI calcula que este año sufrirá una contracción que se llevará por delante el 0,5% de su PIB. En 2024 registrará un leve rebote, del 0,9%, lo que dejará al país con tres años perdidos desde el inicio de la invasión de Ucrania. Alemania sigue pagando el coste de su dependencia de Rusia para las importaciones de energía barata y de China, por su importación de tecnología germana.
China se lleva también un recorte de dos décimas para este año y de tres décimas para el próximo. En 2023 el crecimiento será del 5%, un dato muy pobre teniendo en cuenta que se trata del año de la reapertura tras la política de covid cero impulsada por el país. En 2024, ya sin este impulso, pasará a crecer un 4,2%. Estados Unidos vuelve a ser la sorpresa positiva gracias al dinamismo de su mercado doméstico y al efecto favorable que obtiene de la exportación de gas caro a Europa. El país crecerá un 2,1% este año, el triple que la eurozona, y un 1,5% el próximo año. Estas nuevas previsiones superan en tres y cinco décimas respectivamente a las anteriores, lo que supone una gran revisión al alza apoyada en los buenos indicadores que está logrando el país en los últimos meses.
El dinamismo de Estados Unidos, en especial de su mercado laboral, permite mantener el crecimiento global mientras los bancos centrales luchan contra la inflación. También hay otros países emergentes que ayudarán a contener la desaceleración. Destaca por encima de todos la India, que crecerá un 6,3% este año y el próximo. El país está recibiendo inversión rebotada de China por su enfrentamiento con EEUU, lo que le está permitiendo postularse como el referente para el crecimiento mundial de las próximas décadas. De esta forma, EEUU y los emergentes compensan los pobres datos de China y Europa y consiguen evitar un aterrizaje brusco de la economía. El FMI descarta las previsiones que apuntaban a un rápido crecimiento del desempleo. Sin embargo, el escenario que queda no es positivo en ningún caso. "Las previsiones de crecimiento para el PIB global a medio plazo son las más bajas en décadas", señala el organismo, lo que supone un "escenario mediocre" para el crecimiento global. En esta coyuntura, cualquier susto puede provocar una nueva crisis.