10 de noviembre de 2020

Discurso del Presidente

Discurso pronunciado por el presidente de la República de Angola, João Manuel Gonçalves Lourenço, con motivo de la ceremonia de homenaje a las categorías profesionales destacadas en el ámbito de la lucha contra el COVID-19 y la celebración de los 45 años de la Independencia Nacional.

10.XI.XX

Honorable Vicepresidente de la República

Honorable presidente de la Asamblea Nacional

Diferentes entidades de protocolo

Representantes dignos de la sociedad civil

Angoleños y angoleños

Queridos compatriotas

Al realizar esta solemne ceremonia en honor a los angoleños que más se destacaron en la lucha contra la pandemia de COVID-19, aprovecho para dirigirme a la Nación con motivo de las celebraciones del 11 de noviembre.

Celebramos el 45 Aniversario de nuestra Independencia, proclamado ante el mundo el 11 de noviembre de 1975 por el presidente António Agostinho Neto en un momento particularmente difícil, cuando el país fue invadido por ejércitos extranjeros por el norte y el sur.

Con ese acto de valentía, fruto del sacrificio de miles de angoleños que perecieron en barcos de esclavos, en cadenas, en campos de algodón y sisal, en cafetales, en los densos bosques de Dembos, en las montañas del Maiombe de Cabinda o en el chanas orientales, el final del largo período de cinco siglos de colonización portuguesa.

Lamentablemente, los años que siguieron no fueron lo que soñaron los angoleños, que sería construir un país desarrollado donde los angoleños empezarían a beneficiarse de las vastas riquezas que nos ofrece la Naturaleza y recuperar la dignidad merecida, como seres humanos de un país libre.

Durante casi tres décadas, Angola tuvo que enfrentar agresiones militares externas y una guerra entre hermanos, que destruyó no solo la principal infraestructura del país, sino que también destruyó familias y, en general, el tejido humano.

El año 2002 nos trajo la ansiada paz y, con ella, también la reconciliación nacional, que permitió el inicio de la reconstrucción nacional y el goce de los derechos y garantías contemplados en la Constitución de la República.

El país enfrentó serios desafíos a su propia existencia pero siempre supo superarlos, porque contó con la fuerza de su gente, pero también logró grandes logros que tenemos la obligación de preservar y consolidar.

La independencia y la soberanía nacional son logros sagrados e inalienables.

La democracia y el estado de derecho, la economía de mercado, la paz y la reconciliación nacional ganadas con esfuerzo, la emancipación de la mujer, la libertad de expresión, la libertad de prensa, la libertad de reunión y manifestación, la libertad de culto, son realidades y derechos fundamentales ya adquiridos que todos debemos respetar y proteger.

La formación de las Fuerzas Armadas angoleñas no partidistas y republicanas es también una piedra importante en la construcción del Estado angoleño.

Estamos consolidando las bases de un verdadero Estado de derecho democrático y una verdadera economía de mercado, donde el sector empresarial privado tiene un papel destacado en la creación de riqueza nacional y la generación de empleo.

La apuesta por la diversificación de la economía deja de ser una mera intención y comienza a ser una realidad con la que el país tiene mucho que ganar.

Estamos comprometidos con la creación de un entorno empresarial más amigable con la inversión privada nacional y extranjera y, con ello, nos hemos ganado la confianza de instituciones financieras e inversores internacionales.

La corrupción, el nepotismo y el amiguismo tienen cada vez menos oportunidades de seguir reinando en el país, tras las valientes medidas que vienen tomando el Ejecutivo y la Justicia, contra quienes han sido saqueados con bienes públicos financieros y patrimoniales, que darían para financiar el Presupuesto General del Estado de Angola.

Reafirmamos nuestro compromiso con las personas, el del buen gobierno, la transparencia en la gestión de los asuntos públicos, la lucha contra la corrupción y la moralización de la sociedad.

La imagen de Angola en el exterior ha mejorado considerablemente debido a la seriedad de las políticas en curso.

El país está cada vez más abierto al mundo, más presente en los principales foros internacionales.

Después de muchos años de negociaciones, finalmente se firmó el acuerdo con la Santa Sede, un paso importante en la consolidación de las relaciones diplomáticas con el Estado Vaticano.

En esta ocasión, insto a todos los angoleños a no desperdiciar estos logros, trabajando juntos para consolidarlos y dar los pasos necesarios para el desarrollo económico y social de nuestro país.

Queridos compatriotas

Nos enfrentamos a una crisis económica cuya génesis se remonta a 2014, con un elevado endeudamiento público y sus consecuencias en el desarrollo económico y social y en la generación de empleo e ingresos para los angoleños.

Por si fuera poco, celebramos el 45 aniversario de nuestra Independencia Nacional en el año en el que surgió inesperadamente la pandemia COVID-19 a escala planetaria y cuya solución no se verá pronto.

Como es el caso de la mayoría de países, enfrentamos la inminencia de una profunda crisis de salud que impone sacrificios a todos para salvaguardar nuestra vida colectiva.

En los últimos meses, hemos vivido con medidas excepcionales que han cambiado sustancialmente nuestra forma de vida. Nos vimos obligados a suspender el funcionamiento del sistema educativo, tan importante para el presente y el futuro de nuestro país.

Limitamos la actividad comercial, impusimos límites a la libre circulación en el territorio nacional, nuestros compatriotas permanecieron muchos meses varados en el exterior sin poder regresar a su tierra natal.

Sin embargo, hay quienes buscan sacar provecho político de una situación que se da al mismo tiempo en todos y que no fue creada por buenas o malas acciones de los gobiernos.

Las medidas que el Ejecutivo determinó en el Decreto Presidencial vigente tienen como objetivo salvar la vida de los angoleños y, por lo tanto, deben ser aceptadas por los ciudadanos.

Angoleños y angoleños

Queridos compatriotas

Este año, nuestro homenaje va a todo el pueblo angoleño, que ha consentido en sacrificarse para que juntos podamos prevenir y combatir el COVID 19.

Sin embargo, quisiera destacar algunas categorías profesionales que, estando a la vanguardia, han consentido en incrementar los sacrificios para prevenir y combatir el COVID 19 para que el país no se detenga, para que la esperanza siga presente.

A todos los trabajadores del sector Salud, que no han escatimado esfuerzos, ni han dudado en poner en riesgo su vida para que el Servicio Nacional de Salud siga funcionando, nuestro ¡Agradecimiento!

A los órganos de Defensa y Seguridad, al personal de las Fuerzas Armadas de Angola y de la Policía Nacional, que hacen todo lo posible para mantener el orden público y la tranquilidad, ¡nuestro agradecimiento!

A los pilotos de TAAG y Fuerza Aérea Nacional, por el relevante aporte realizado en los innumerables vuelos para traer a nuestros compatriotas que se llevaron a cabo en el exterior, por traer material hospitalario y de bioseguridad, así como por toda la logística interna, nuestro ¡Gracias!

A los empresarios y empresas nacionales y extranjeras que operan en Angola, por mantener al país en funcionamiento en la producción y comercialización de bienes y servicios, ¡nuestro agradecimiento!

A los camioneros, que han garantizado el transporte de mercancías entre diferentes ubicaciones, ¡nuestro agradecimiento!

A los creadores de Arte y Cultura, por mantener viva nuestra cultura y contribuir al buen humor, necesario en tiempos de pandemia, ¡nuestro agradecimiento!

A los periodistas, por su inestimable contribución a la información, formación y educación preventiva de nuestros conciudadanos, nuestro ¡Gracias!

Los presentes en esta sala representan a todos aquellos que, por razones obvias, no pueden asistir a esta solemne ceremonia de reconocimiento a su dedicación colectiva y conducta ejemplar en la prevención y combate de la COVID-19 en nuestro país.

Honremos la memoria de nuestros Héroes, como verdaderos patriotas, cumpliendo con nuestros deberes cívicos.

A los angoleños y a los jóvenes en particular, una palabra de esperanza, en la certeza de que al igual que con otras plagas, endémicas y pandemias que ha enfrentado la Humanidad a lo largo de los tiempos, el COVID-19 también será superado, no solo por la ciencia con el descubrimiento de la vacuna, pero sobre todo por el comportamiento responsable del ser humano, que debe cambiar comportamientos y actitudes que antes se consideraban normales, pero que hoy y en el futuro ya no lo son.

Celebremos esta importante fecha en la historia de nuestro país con alegría, civismo y responsabilidad, cumpliendo con todas las medidas preventivas que el COVID-19 nos obliga a hacer.

Termino pidiendo la unión de todos los angoleños desde Cabinda hasta Cunene, porque nuestra propia historia ha demostrado que solo unidos superaremos los desafíos del presente y del futuro.

Muchas gracias.