
14 de Febrero de 2025
Angolano elegido miembro del Comité Consultivo de la UA sobre la Corrupción
El angoleño Graciano Domingos fue elegido este jueves, en la capital etíope, como miembro del Comité Asesor de la Unión Africana sobre la Corrupción, para un mandato de seis años, renovable.
La elección tuvo lugar en el ámbito de la 38ª Cumbre Ordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Africana, que, el próximo sábado, confirmará al presidente angoleño, João Lourenço, como líder de la UA, en un mandato de un año, que los diplomáticos en los pasillos de la sede de la organización, en Adís Abeba, consideran desafiante, a juzgar por los numerosos problemas que vive el continente, desde los conflictos hasta la pobreza y la falta de desarrollo económico sostenible.
Sobre la elección, el vicepresidente saliente de este órgano, el angoleño Pascoal Joaquim, afirmó que el país ha hecho esfuerzos para traer otro angoleño a este órgano, “ya que nuestro mandato, que era de dos años renovable por otros dos, ha llegado a su fin y, obviamente, tenemos que aceptar medidas para garantizar que nuestra Angola pueda continuar su trabajo”.
Dijo que trabajó para ampliar el mandato, de dos años renovables a seis, también renovables, lo que consideró un logro significativo y una lucha de varios años, ganada por Angola, y dijo que termina su mandato con el sentido del deber cumplido.
Consideró el ámbito de actuación de este órgano como un campo de acción en el que se requiere dinamismo serio, compromiso y dedicación, pues son otros parámetros que el sistema exige y, en ese contexto, habiendo sido uno de los pocos angoleños que incursionó en ese campo, “creo que fue un ejercicio muy positivo, de aprendizaje, formación y desempeño”.
Cuando se le pidió que comentara las estrategias a desarrollar para combatir la corrupción en África, dijo que, sobre todo, debe haber voluntad política de cada Estado para poner fin a este fenómeno que corroe a muchos países.
“Es necesario que cada ciudadano de cada Estado comprenda que la corrupción es un mal social y que hay que combatirla, porque, al fin y al cabo, es la integración total de las personas y no sólo de los organismos como tales la que garantizará que este fenómeno pueda reducirse y, eventualmente, erradicarse”, argumentó.
Consideró imperativo que los Estados se preocupen por la educación de sus ciudadanos, fundamentalmente, y que se creen condiciones, reglas y políticas que puedan llevar a cada persona a integrarse en todo esto y garantizar que, con la constante y permanente comprensión de este mal, todos puedan hacer todo para liberarse de este mal.