21 de agosto de 2019
Cumbre de N'Sele produce primeros frutos
La nueva cumbre cuatripartita, de este miércoles, en Luanda, entre Angola, la República Democrática del Congo (RDC), Ruanda y Uganda, representa el primer resultado tangible de las decisiones tomadas de la mini cumbre N'Sele, alrededores de Kinshasa, que se comprometió a resolver los problemas crónicos de seguridad de la subregión.
Esta es la segunda reunión de este tipo que la capital de Angola acoge en menos de dos meses, reuniendo a los Presidentes João Lourenço (Angola), Félix Tshisekedi (RDC), Paul Kagamé (Ruanda) y Yoweri Museveni (Uganda), después de su última concertación realizada el 12 de Julio de este año.
Pero en lugar de nuevas discusiones sobre temas de seguridad regional, la reunión de hoy (miércoles) está diseñada para permitir que los cuatro estadistas sean testigos de la firma de los documentos que formalizan el primer consenso alcanzado en sus reuniones anteriores, y en base a las decisiones tomadas en N 'Sele, el pasado 31 de Mayo.
Específicamente, los instrumentos legales en cuestión sellarán el entendimiento alcanzado, particularmente entre Uganda y Ruanda, para superar la tensión que durante años ha caracterizado las relaciones entre los dos países vecinos de África Central y cuya animosidad tiene un fuerte impacto en la situación de seguridad de la también vecina RDC.
Según la Presidencia angoleña, tales acuerdos se alcanzaron "después de las gestiones emprendidas por Angola y asistidas por la RDC", luego de la cumbre cuatripartita del 12 de Julio último, en Luanda.
En ese momento, y después de condenar la persistencia de los grupos armados en el este de la RDC como obstáculos para la paz y la estabilidad en la región, los cuatro líderes presentes destacaron la importancia del "diálogo permanente, franco y abierto", tanto a nivel bilateral entre los Estados de la región, como en el plano multilateral, para consolidar la paz y la seguridad como premisas fundamentales para la integración económica.
Por lo tanto, decidieron priorizar la solución de cualquier disputa entre sus respectivos países por medios pacíficos y "en el espíritu de hermandad y solidaridad africanas".
La tensión política actual entre Ruanda y Uganda fue uno de los puntos clave en la agenda de la cumbre tripartita de N'Sele, que reunió al jefe de Estado anfitrión y sus contrapartes de Angola y Ruanda, los cuales asumieron el compromiso de hacer todo lo posible para descongestionar este ambiente, y anunciaron algunas iniciativas para alcanzar este objetivo.
Los dos países se acusan mutuamente de planes militares hostiles, con el Presidente Kagamé denunciando el presunto apoyo de Uganda a los disidentes ruandeses para derrocar a su Gobierno, mientras que Yoweri Museveni niega tales acusaciones y se queja de asesinatos misteriosos de opositores ruandeses en su territorio.
La necesidad de unir esfuerzos para erradicar el fenómeno de los grupos armados que operan en la RDC y crean inseguridad e inestabilidad en la subregión fue el objetivo principal de la reunión de N'Sele, también organizada por iniciativa de Angola.
Entre otras medidas, esta mini cumbre decidió relanzar la moribunda Conferencia Internacional sobre la Región de los Grandes Lagos (CIRGL) para que sea más eficiente y efectiva en la solución de problemas regionales después de identificar a la Alianza de Fuerzas Democráticas (ADF) como uno de los grupos más peligrosos, en este momento, por lo que "hizo una alianza con el Estado Islámico y se radicalizó".
Se constató la ausencia de la dinámica esperada de esta organización subregional, especialmente después de la evolución de los procesos políticos en algunos países de la región, como las elecciones generales que llevaron a Félix Tshisekedi a la presidencia de la RDC, en reemplazo de Joseph Kabila.
La noción de la revitalización de CIRGL proviene del hecho de que "no ha habido la dinámica necesaria, (...) y la presencia de CIRGL se siente poco", dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Angola, Manuel Augusto, recordando que, en el pasado, esta organización ya ha demostrado tener una dinámica que la ha colocado en "un socio inevitable, incluso en relación con otros actores internacionales".
Creado en 2000 para promover la paz y el desarrollo económico en la región, el CIRGL está compuesto por 12 países (Angola, Burundi, Congo-Brazzaville, Kenia, República Centroafricana, RDC, Ruanda, Sudán, Sudán del Sur, Tanzania, Uganda y Zambia).
Actualmente está presidido por Congo Brazzaville desde el año 2017, después de Angola que asumió su presidencia por dos períodos consecutivos, a partir de 2014.