Presidente de la República, João Lourenço

23 de septiembre de 2020

Discurso del Presidente de la República en el debate general de la ONU

Discurso completo pronunciado este martes por el presidente de la República, João Lourenço, con motivo del 75º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU).

Luanda, 22 de septiembre de 2020.

Su Excelencia António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, Su Excelencia Volkan Bozkir, Presidente del 75º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Excelencias Jefes de Estado y de Gobierno, Distinguidos Delegados, Damas y Caballeros

No se tiene memoria, desde su fundación, de una situación en la que los Jefes de Estado o de Gobierno de los países miembros de las Naciones Unidas fueron, por razones ajenas a sus agendas, todos impedidos de participar personalmente en la Asamblea General de esta organización, que mira los grandes temas de las relaciones internacionales y busca idear soluciones para resolver las principales preocupaciones de la Humanidad, garantizando la paz, seguridad y estabilidad de nuestro planeta, nuestra casa común.

Hoy, a pesar de las circunstancias actuales derivadas de la pandemia COVID-19, que imponen restricciones a la circulación y otros procedimientos adecuados al contexto actual, ahora es posible comunicarse, con la sensación virtual de estar juntos, gracias a la casi ilimitada posibilidades que las nuevas tecnologías ponen al servicio de la humanidad.

Permítame, Sr. Secretario General, felicitarlo por tomar la oportuna decisión de mantener la dinámica operativa de las Naciones Unidas con los recursos tecnológicos a nuestra disposición.

También me gustaría destacar la forma ejemplar en que se ha abordado los problemas derivados de la pandemia COVID-19, cuyos efectos y consecuencias habrían asumido proporciones más dramáticas que las que conocemos hoy, si la Organización Mundial de la Salud y otros organismos especializados que los miembros del sistema de las Naciones Unidas no han actuado con rapidez y han elaborado recomendaciones que ayudaron, en gran medida, a controlar la propagación de la enfermedad.

Excelencias,

Esta pandemia ha puesto de manifiesto la fragilidad, a nivel mundial, de las estructuras de salud para responder a problemas de tan alta magnitud y gravedad.

A pesar de esta observación, ha sido posible, a través de esfuerzos conjuntos, colaboración y cooperación entre naciones e intercambios entre instituciones científicas especializadas, enfrentar un problema que era totalmente desconocido y que nos obligaba a buscar respuestas rápidas de mitigación de los efectos de la enfermedad.

Este problema de salud mundial paralizó todas las dinámicas que se preveían en cuanto a la recuperación de la economía mundial, que tras la crisis económica, iniciada en 2008, mostraba signos alentadores de recuperación y particularmente en los países en desarrollo, como es el caso de Angola.

Nuestras esperanzas de comenzar a obtener resultados positivos tras el esfuerzo de reestructuración de la economía nacional, realizado en un contexto en el que tuvimos que aplicar medidas difíciles y con un impacto muy duro en la vida de las poblaciones, no se harán realidad pronto, debido de las actuales limitaciones que trastocan la cadena productiva, afectan los precios de los principales productos de exportación, paralizan los servicios y otros sectores vitales de la economía, provocando altísimos niveles de desempleo y una situación social preocupante.

Es importante resaltar que los recursos que teníamos para financiar los sectores productivos de la economía dentro de la lógica de su recuperación debían ser desviados, dado el contexto actual, para atender las necesidades de bioseguridad y otras urgentes necesidades epidemiológicas que la pandemia nos impuso.

En este contexto, nos vimos obligados a crear, muy rápidamente, centros para acoger a personas en cuarentena institucional en todo el territorio nacional, para dotar a los hospitales del país con equipos esenciales para emergencias médicas vinculadas al COVID-19 y no solo, para crear centros hospitalarios capaces de hacer frente a un posible brote de la pandemia y otras estructuras relacionadas.

Debo reconocer que, además de los esfuerzos realizados por nosotros mismos, también nos hemos beneficiado de la solidaridad de otros países, organismos internacionales, empresas y organizaciones no gubernamentales nacionales y extranjeras, así como ciudadanos individuales, que así han contribuido a mitigar los impactos de la pandemia en Angola, que agradecemos de antemano.

Excelencias,

Esta virtud humana, que siempre ha sido útil en momentos tan críticos como los que estamos viviendo, ayuda mucho, pero no siempre es suficiente para resolver por completo los problemas que tenemos que enfrentar, como resultado de situaciones tan complejas como las que nos preocupan hoy.

Por tal motivo, expreso un gran reconocimiento por la iniciativa del G-20, que reveló una gran sensibilidad a la necesidad de la acción colectiva, a fin de aliviar la deuda de los países en desarrollo, a fin de aliviar el peso de la responsabilidad que recae sobre este grupo de países.

Creemos que es fundamental que la inversión directa en las economías de los países en desarrollo se considere la gran ecuación para su crecimiento y desarrollo económicos.

Este objetivo se puede lograr si los países desarrollados se movilizan para crear fondos de apoyo a la inversión en África, para ser utilizados por sus inversionistas interesados ​​en hacer negocios en el continente africano, donde pueden producir bienes y servicios para consumo local y exportable.

Excelencias,

La pandemia Covid-19 ha demostrado que en las circunstancias en las que actúa de manera coordinada, la responsabilidad de todos se distribuye de manera más efectiva y, por lo tanto, se obtienen resultados más satisfactorios.

Esta visión refuerza la idea de que el multilateralismo debe estar siempre presente en el enfoque que se adopte sobre los problemas internacionales más candentes que enfrenta el mundo.

Por esta razón, a lo largo de su camino, las Naciones Unidas han abogado por el multilateralismo para resolver los intrincados problemas de la humanidad.

Así, pensamos que, con este mismo espíritu, debemos concentrar nuestros esfuerzos en la búsqueda de soluciones justas y duraderas a los problemas del Oriente Medio, que respeten las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad en la materia, así como las que afligen al continente africano, donde los conflictos y la inestabilidad aún persisten, como en Libia, en la región del Sahel y otros de menor escala en otras regiones del continente.

Es importante reconocer que la naturaleza de los problemas de seguridad en África, en muchos casos, está asociada con el fenómeno del terrorismo internacional, la expansión del fundamentalismo religioso y los conflictos postelectorales, lo que requiere una mayor atención y vigilancia por parte de las Naciones Unidas, que no deben descuidar el apoyo que se brindará a los países que enfrentan estas realidades.

Ante los hechos mencionados, Naciones Unidas debe buscar interpretar con imparcialidad los factores que están en el origen de las tensiones políticas internas, derivadas de los procesos electorales, y tomar posiciones que no ignoren a los Gobiernos legítimamente establecidos, pero que también refuercen su capacidad de intervenir para solucionar los problemas que garanticen el normal funcionamiento de las instituciones.

Excelencias,

Las Naciones Unidas, en el contexto actual del mundo, que constituye una realidad totalmente diferente a la que fue el origen de su fundación, debe buscar reflejar en sus estructuras internas las características de la realidad geopolítica actual, para convertirse en una organización capaz para salvaguardar los intereses globales con equilibrio.

En este sentido, reiteramos una vez más la urgente necesidad de reestructurar la organización, a fin de lograr una composición del Consejo de Seguridad de la ONU que mejor refleje la representatividad de los pueblos, naciones y continentes.

Excelencias,

Agradezco la atención que se me ha prestado esperando que este 75º período de sesiones de las Naciones Unidas logre los objetivos que se ha marcado.

¡Muchas gracias!