13 de Enero de 2025

Angola: 50 años de Independencia y los grandes hitos de la diplomacia

En camino a la celebración de sus 50 años de Independencia, Angola consolidó su inserción en el concierto de las naciones y su contribución a la eliminación de fuentes de tensión y a la resolución de conflictos armados es ampliamente reconocida.

Por Rui Vasco, periodista de la ANGOP

En estos 50 años, el país se ha afirmado en la defensa del multilateralismo en las relaciones internacionales y se pueden enumerar varios logros, entre los que destaca ser miembro pleno de organismos de consulta político-diplomática y económica.

Es el caso de organizaciones como la ONU, la Unión Africana (UA), la Comunidad de África Austral para el Desarrollo (SADC), los Países Africanos de habla portuguesa (PALOP), la Comunidad Económica de Estados de África Central (CEEAC) y la Comunidad de Países de Habla Portuguesa (CPLP), entre otros.

Junto al ingreso en las principales organizaciones globales y regionales, también hubo momentos históricos como la firma de los Acuerdos de Nueva York en 1988, la Independencia de Namibia y la eliminación del “Apartheid” en Sudáfrica, la consecución de la paz en el país. después de años de guerra, entre otros.

La profundización de las relaciones bilaterales y multilaterales con todos los países del mundo, el refuerzo de la cooperación científica y técnica para el desarrollo, en condiciones justas y mutuamente ventajosas, así como privilegiar el diálogo y la diplomacia han sido las señas de identidad y consecuentes características del país. en el ejercicio de su diplomacia.

A lo largo de sus 50 años de existencia, Angola fue, por méritos propios, dos veces miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, sirvió dos mandatos en la Secretaría Ejecutiva de la Comunidad de Países de Habla Portuguesa (CPLP) y, desde En febrero de este año, asume la presidencia rotatoria anual de la Unión Africana.

En su agenda diplomática, Angola siempre ha cooperado con la comunidad internacional en la lucha contra el terrorismo y las redes criminales, el lavado de dinero, el tráfico de seres humanos y de sustancias psicotrópicas y las principales enfermedades endémicas.

Otros puntos fuertes de la agenda diplomática de Angola son la adopción de medidas concretas para afrontar el calentamiento global y el cambio climático, la gestión de expedientes sensibles relacionados con los tratados internacionales sobre la no proliferación de armas nucleares y la reforma de la ONU, especialmente de su Consejo de Seguridad. .

Las reformas en la ONU, defendidas por Angola, tienen como objetivo hacer que la organización sea más equilibrada y más justa, en relación con la representación de todos los continentes como miembros permanentes del Consejo de Seguridad, para reflejar mejor la actual realidad geopolítica y económica global.

En concreto, Angola defiende la posición africana, que exige dos puestos permanentes para África en el Consejo de Seguridad.

Una de las preocupaciones permanentes en la agenda angoleña es la existencia de conflictos. En este ámbito, Angola defiende su resolución a través de medios pacíficos y el diálogo, al tiempo que lucha por un mundo más justo, en paz y seguridad.

La experiencia en la materia resultó en el nombramiento de su Presidente, João Lourenço, como Campeón de la Paz y la Reconciliación de la Unión Africana.

Desde esta perspectiva, Angola ha buscado centrar su acción en la promoción de una agenda internacional para la prevención y resolución de conflictos en el mundo, aprovechando su experiencia nacional, resultante de casi 23 años de paz efectiva.

En el capítulo de pacificación y reconciliación, integración e inclusión social y en el marco de los esfuerzos e iniciativas de paz, Angola continúa transmitiendo su experiencia y comprometiéndose a esfuerzos e iniciativas conjuntas para buscar la paz y la estabilidad para la República Democrática del Congo y otros países africanos. .

Inserción global, continental y regional

Desde la proclamación de su independencia nacional, el 11 de noviembre de 1975, la diplomacia angoleña siempre se ha caracterizado por una actuación notable, integrando las principales organizaciones políticas, económicas, financieras y de otro tipo, globales, continentales y regionales.

Angola mantiene relaciones diplomáticas con casi todos los países del mundo, y su diplomacia privilegia su membresía en la SADC, PALOP, UA, CEEAC y CPLP, así como en la Conferencia Internacional sobre la Región de los Grandes Lagos (CIRGL).

Angola también forma parte del Mercado Común de África Oriental y Meridional (COMESA), de la Comisión del Golfo de Guinea (CGG), de la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur (ZOPACAS) y de la Organización de Estados de África del Caribe y del Pacífico (OEACP).

Actualmente, dos angoleños, Gilberto Veríssimo y Georges Chikoti, son el presidente de la Comisión CEEAC y el secretario general de la OEACP, respectivamente.

Alrededor de dos docenas de agencias del sistema de las Naciones Unidas están representadas en el país, entre ellas el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Programa Mundial de Alimentos (PMA), el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). ), la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Angola también es miembro de la Comisión de Derechos Humanos y de los Pueblos de la UA y de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, de la Asociación Africana de Productores de Petróleo (APPA), del Banco Mundial (BM), del Banco Africano de Desarrollo (BAfD), del Fondo Monetario Internacional ( FMI) y la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Al ratificar importantes instrumentos, Angola pasó a participar regularmente en las actividades del Parlamento Panafricano (Unión Africana) y del Foro Parlamentario de la SADC, y también forma parte de los protocolos relativos al libre comercio en África y África Austral.

Con el fin de contribuir a la resolución de cuestiones transversales de interés mundial, el país ha ratificado o adherido a varios instrumentos jurídicos relacionados con el cambio climático, en particular el Acuerdo de París y el Protocolo de Kioto, así como la Enmienda de Kigali al Acuerdo de Montreal. Protocolo (protección de la capa de ozono).

También ratificó y/o adhirió, entre otras, a las Convenciones sobre Derechos Humanos, para Reducir los Casos de Apatridia, sobre el Estatuto de los Apátridas, sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación Racial, contra la Tortura y otras formas de Tratos Crueles. , Inhumano o Degradante, Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos con miras a la abolición de la pena de muerte.

Otros son el Protocolo sobre Derecho Humanitario (desarme), el Protocolo adicional II a los Convenios de Ginebra, relativo a la protección de las víctimas de conflictos armados no internacionales, y el Centro Internacional de Ingeniería Genética y Biotecnología, mientras que, en el ámbito de la cultura, se ha adherido al Protocolo sobre el Patrimonio Cultural Inmaterial.

El país también adhirió a instrumentos vinculados a la transparencia extractiva y a cuestiones relacionadas con la lucha contra el terrorismo y la financiación del terrorismo y la proliferación de armas de destrucción masiva.

Uno de los éxitos de la diplomacia cultural angoleña fue la elevación del centro histórico de Mbanza Kongo a Patrimonio Cultural de la Humanidad, y de las artes Sona, a Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, por la UNESCO.

Diplomacia económica

Hoy en día, la diplomacia económica es, sin duda, uno de los aspectos más importantes de la política exterior angoleña, encaminada a promover las relaciones comerciales a nivel bilateral, regional y multilateral, promover la imagen del país en el exterior, exportar bienes y servicios y atraer inversiones extranjeras directas.

El Presidente de la República, desde 2018, se compromete a realizar una diplomacia económica exitosa, visitando decenas de países en todo el mundo, promoviendo y recaudando inversiones y financiación para diversificar la economía, estimular la producción nacional y las exportaciones de productos angoleños.

También participó en los más diversos foros de consulta política y promoción empresarial, impulsados por países y organismos internacionales y regionales. La más reciente fue su presencia en la reunión del G20 en Brasil.

Guerra y diplomacia

La Batalla de Cuito Cuanavale es considerada el mayor símbolo de la resistencia angoleña contra el ejército del régimen de “apartheid” vigente en Sudáfrica, y su resultado fue decisivo, desde el punto de vista político-diplomático, en el conjunto de cambios que se produjeron entonces en el sur de África.

En efecto, las entonces Fuerzas Armadas Populares para la Liberación de Angola (FAPLA, designación del ejército angoleño, hasta la creación de las Fuerzas Armadas Angoleñas -FAA, en octubre de 1991, en cumplimiento de los Acuerdos de Bicesse), apoyadas por fuerzas militares cubanas. , derrotó al ejército sudafricano el 23 de marzo de 1988, y hoy ese día está marcado como día festivo en todos los países miembros de la SADC.

Los resultados de la Batalla de Cuito Cuanavale destruyeron el mito de la supuesta superioridad e invencibilidad del régimen del “apartheid”, que se vio obligado a negociar, liberar a Nelson Mandela y aceptar el inevitable ascenso al poder de representantes de la mayoría negra sudafricana.

Desde el punto de vista diplomático, la victoria de la coalición del ejército angoleño con las fuerzas cubanas “obligó” a los representantes del “apartheid” a ceder y firmar los Acuerdos de Nueva York, bajo la mediación de los Estados Unidos de América, en diciembre de 1988. resultando en la independencia de Namibia, la democratización de la sociedad sudafricana y la paz en Angola.

José Eduardo dos Santos, entonces Presidente de la República, dijo, en abril de 2010, en un homenaje a los participantes en el enfrentamiento militar, que “la batalla de Cuito Cuanavale tuvo una repercusión inequívoca en todo el continente y constituye una referencia ineludible en la afirmación de la identidad y la dignidad de los pueblos africanos”.

Doctrina angoleña de resolución de conflictos

La paz, la estabilidad y el desarrollo son las prioridades estratégicas de la política exterior angoleña, basadas en el respeto a la soberanía, la igualdad y la integridad territorial de los Estados y en una cooperación recíprocamente ventajosa, recuerda el especialista en Relaciones Internacionales Africanas, Mário Augusto, en su libro “Los conflictos en África y la experiencia de Angola para resolverlos”.

Como resultado de la experiencia de una larga y dolorosa guerra, el ex Presidente de la República, José Eduardo dos Santos, definió los tres pilares de la ahora reconocida “Doctrina Angoleña de Resolución de Conflictos”.

En el primer pilar, se define que la regla de la resolución de conflictos debe ser el diálogo y el debate franco y abierto, como forma de alcanzar consensos, respetando el esfuerzo que debe realizarse en defensa de los derechos, libertades y garantías de los ciudadanos de un determinado país.

En el segundo, los temas que generan conflicto no deben resolverse mediante la confrontación violenta, sino mediante la concertación y negociación permanente, que resulte en un acuerdo que responda a las aspiraciones de las partes involucradas y respete los intereses nacionales superiores, como la soberanía, la unidad, integridad de la nación y respeto a la dignidad humana.

Una reconciliación sincera entre los ciudadanos, un perdón recíproco, un esfuerzo continuo de confianza, una aceptación mutua que conduzca a una pacificación de los espíritus y un sentimiento de mayor “complicidad nacional” forman el tercer pilar de la “Doctrina Angoleña de Resolución de Conflictos”.

La mencionada doctrina forma parte de las referencias positivas, que han llevado a Angola a ser uno de los países más respetados en la diplomacia africana, al desarrollar una política diplomática de respeto mutuo y ventajas recíprocas, buena vecindad y aplicación de las normas de los tratados internacionales a los que está adherido. un partido o al que se adhirió.

El Fundador de la Nación Angoleña, el Presidente Agostinho Neto, en 1978, ya defendía otro principio fundamental para la resolución de conflictos: la reconciliación entre las partes involucradas en el conflicto.

Hechos relevantes antes de la independencia

Antes de la independencia nacional, se llevaron a cabo acciones diplomáticas que ayudaron a confirmar la determinación de los angoleños de liberarse del yugo colonial.

Entre las acciones desarrolladas por los nacionalistas angoleños, en los más variados pasillos de la diplomacia mundial, destaca la audiencia concedida por el Papa Pablo VI, el 1 de julio de 1970, a tres líderes de los movimientos de liberación de las entonces colonias portuguesas en África, al margen de la Conferencia de Solidaridad con los Pueblos de las Colonias Portuguesas, que tuvo lugar días antes del encuentro, entre el 27 y 29 de junio.

Amílcar Cabral, del Partido Africano para la Independencia de Guinea-Bissau y Cabo Verde (PAIGC), Agostinho Neto, del Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA), y Marcelino dos Santos, uno de los miembros de la “troika” ” que dirigió el Frente para la Liberación de Mozambique (FRELIMO), tras el asesinato de su fundador, Eduardo Mondlane, en 1969, en Dar es Salaam. (República Unida de Tanzania).

El acontecimiento socavó las entonces conflictivas relaciones diplomáticas entre Portugal y la Santa Sede. Por ejemplo, las autoridades portuguesas eliminaron entonces la referencia al derecho de autodeterminación de los pueblos de la encíclica del Papa “Pacem in Terris”. ”. Juan XXIII.

Según informes de la época, otro acontecimiento marcó negativamente, desde la perspectiva del gobierno portugués, su relación con el Vaticano. Fue la comunicación del Cardenal Agostino Casaroli al embajador de Portugal ante la Santa Sede, Eduardo Brazão, el 10 de marzo de 1970, que el primer obispo negro en una colonia portuguesa, Dom Eduardo André Muaca, sería nombrado obispo auxiliar de la Diócesis de Luanda. .

La presidenta de la Asociación italiana de Amigos de la “Présence Africaine”, la periodista Marcella Glisenti, fue la principal organizadora del encuentro entre los tres líderes independentistas africanos y Pablo VI, preparado “meticulosamente y en secreto, para evadir la vigilancia de los políticos portugueses”. policía".

En la preparación del encuentro participó también el arzobispo de Conakry, Raymond Marie Tchidimbo, que consideró la finalización de la audiencia como una “ocasión única” para el reconocimiento, por parte de la Iglesia católica, “de los justos derechos a la dignidad y a la autodeterminación de pueblos africanos”.

Un detalle importante de relevancia diplomática: la audiencia privada del Papa con los tres líderes africanos, acompañados por Marcella Glisenti, tuvo lugar en la Sala dos Paramentos, donde fueron recibidos formalmente los embajadores extranjeros.

No existe registro fotográfico ni escrito del encuentro en dominio público, pero se sabe que el Papa recomendó a los líderes africanos el uso de medios pacíficos para lograr sus fines, distribuyendo a cada uno copias de la encíclica “Populorum Progressio” (1967). ) y se despidió de Amílcar Cabral: “¡Rezo por ti!”

La revista católica “Informations Catholiques Internationales” toma como título otra frase atribuida al Papa Pablo VI: “La Iglesia está del lado de los países que sufren”.

Veinticinco años después del encuentro, Marcelino dos Santos recordó, en una entrevista concedida al periódico portugués “Expresso”, en julio de 1995, que los tres líderes africanos declararon al Papa Pablo VI que luchaban por la paz, contra los colonialistas y fascistas. régimen, y apelaron a Su Santidad para defender el derecho de las colonias portuguesas a la independencia de Portugal.

Una referencia a la figura de António Manuel Nvunda, conocido como “O Negrita”, hoy considerado un precursor de la diplomacia angoleña moderna, que se hizo famoso, en el siglo XVII (1604-1608), como emisario/embajador del Reino del Congo. al Vaticano.

Tras la llegada de los portugueses, el Reino del Congo se convirtió al cristianismo y fue en este contexto que el Príncipe António Manuel Nvunda fue enviado a Roma como embajador, por Dom Álvaro II, Rey de Portugal, para establecer relaciones con la Santa Sede.

La historia registra a Nsaku Ne Vunda (nombre de nacimiento de António Manuel Nvunda) como el primer embajador del antiguo Reino del Congo ante la Santa Sede, hecho reconocido por el Papa emérito Benedicto XVI, en 2007, en una audiencia pública en la Plaza de San Pedro, en Ciudad del Vaticano.

Habiendo abandonado Mbanza Kongo, capital del antiguo Reino del Kongo, Nsaku Ne Vunda llegó a Roma el 3 de enero de 1608, después de cuatro años de viaje, con muy mala salud, después de un viaje muy largo y extremadamente difícil, habiendo caído gravemente enfermo.

Instalado en el Vaticano, recibió toda la asistencia posible, pero falleció la noche entre el 5 y el 6 de enero del mismo año, a pesar del compromiso personal del Papa Pablo V, quien incluso recurrió a su médico para asistir al visitante.

Las relaciones diplomáticas entre Angola y el Vaticano se establecieron el 8 de julio de 1997, con el nombramiento del primer embajador no residente ante la Santa Sede, Domingos Quiosa, acreditado el 7 de febrero de 1998, y el 13 de septiembre de 2019, los dos Estados. firmó un Acuerdo Marco, que reconoce la personalidad jurídica de la Iglesia católica en Angola.

El lado de Agostinho Neto como diplomático

Agostinho Neto, fundador de la nación angoleña, es reconocido como un político, poeta y estadista de prestigio nacional, regional e internacional, cuya trayectoria y protagonismo están marcados por acciones político-diplomáticas consideradas decisivas para alcanzar la independencia nacional y, también, la in a favor de la liberación de otros pueblos, particularmente en la región del África Austral.

En agosto de 1978, en una reunión con los embajadores angoleños, Agostinho Neto argumentó que “La idea de alcanzar la libertad económica y social no tiene sentido, no es completa, sin hacer una contribución positiva a la liberación política de otros pueblos. Sería contradictorio, sería traicionar los intereses de las clases trabajadoras del mundo volver a la posición del egoísmo o del nacionalismo estrecho”.

La intensa actividad diplomática de Agostinho Neto impidió que la lucha del pueblo angoleño quedara aislada y que se produjera el reconocimiento de Angola en el mundo, a pesar de las barreras levantadas por intereses geopolíticos y estratégicos, derivados de la “guerra fría”, generada por la crisis mundial. bloques capitalismo/imperialismo y socialismo/comunismo.

Las citas “Angola es y será, por voluntad propia, una trinchera firme para la revolución en África” y “En Namibia, Zimbabwe y Sudáfrica es la continuación de nuestra lucha” traducen claramente la “visión de la diplomacia pragmática” de Agostinho Neto. , así lo define el especialista en Relaciones Internacionales Belarmino Van-Dúnem.

El papel de Angola fue crucial para poner fin al régimen racista de “apartheid” en Sudáfrica y para lograr la independencia de Zimbabwe, el 18 de abril de 1980, y de Namibia, el 21 de marzo de 1990.

El foco de Angola debe seguir siendo la práctica de una diplomacia activa y atenta, que trabaje para garantizar la estabilidad política, consolidar la paz, la seguridad del país y de sus ciudadanos, promover el desarrollo sostenible y diversificado, así como combatir las desigualdades e injusticias en el mundo.

En definitiva, el país es un referente y ha sido un factor importante de paz y estabilidad regional y debe seguir contribuyendo, a nivel de las subregiones a las que pertenece, la Unión Africana y las Naciones Unidas, a la preservación y restauración de paz, de estabilidad y seguridad universales.