22 DE ENERO DE 2015
Angola tiene medios para vencer la crisis
Angola está mejor preparada que en 2008 para hacer frente a la crisis del petróleo, según la unidad de análisis económica del Deutsche Bank.
“Cuando los precios cayeron más de un tercio en 2008-2009, pasando de 92 dólares a 61 dólares el barril, el crecimiento del PIB de Angola cayó del 23% en 2007 al 2,4% en 2009; el saldo presupuestario pasó del 4,7% al -7,4% (a pesar de la reducción significativa del gasto público) y la balanza por cuenta corriente pasó del 17% al -10%, además de depreciarse un 18% la moneda en 2009”, explican los analistas del banco alemán. Añaden que “en el contexto actual, varios factores pueden mitigar el riesgo de una grave desestabilización económica”.
Entre los factores que pueden ayudar a Angola a superar la crisis del petróleo que afecta a los ingresos estatales derivados del petróleo, están el “sólido crecimiento del PIB y un nivel de deuda pública moderado, reservas financieras sustanciales, un fondo soberano capitalizado con 5.000 millones de dólares y una economía más diversificada que en 2008, con un valor del sector no petrolero del 60% del PIB en 2013, cuando en 2008 apenas suponía un 40%”.
Los analistas del Deutsche Bank indican que “Angola no se vio significativamente afectada por la producción de esquisto y la consecuente pérdida de cuota de mercado en los Estados Unidos, como le pasó a Nigeria”, pero advierten que “el país es vulnerable a la desaceleración de la demanda de China”, ya que casi la mitad de las exportaciones de petróleo se dirigen al país asiático desde 2012.
China ha sido uno de los principales financiadores del desarrollo angoleño, mediante préstamos comerciales o con tasas de interés muy bajas, y también a través del programa ‘oil for money’, por el cual China presta dinero que se paga con petróleo.
Sobre el petróleo angoleño, Deutsche Bank dice que “la producción a corto plazo está creciendo, con perspectivas esperanzadoras a largo plazo”, debido principalmente a la exploración en el pre-sal, una especie de capa por debajo del fondo del mar, que tiene un potencial aún no cuantificado, pero que los analistas consideran es bastante prometedor, admitiendo que podría incluso hasta duplicar las actuales reservas de 13.000 millones de barriles.