01 DE SEPTIEMBRE DE 2015
Museo de la Esclavitud apuesta por la cooperación para hacer las exposiciones más atractivas
La cooperación con los museos nacionales y extranjeros que conservan artefactos y documentos que relatan el tráfico de esclavos consta entre los retos de la dirección del Museo Nacional de la Esclavitud para hacer sus exposiciones más atractivas.
Para el director de la institución, Vladimir Fortunato, la intensificación de la cooperación se destina al área de recolecta de artefactos, así como a toda la producción plástica relativa al tráfico producido por europeos y africanos.
Señaló las antiguas haciendas coloniales, que fueron palco de tráfico y esclavitud, en el espacio circundante del Museo Nacional de Esclavitud, como creando grandes posibilidades de adquisición de material para enriquecer el acervo museológico. “Tenemos grandes posibilidades de aumentar el acervo, una vez que la mayor parte de los lugares y de la memoria del tráfico de esclavos y de la esclavitud todavía no sean objeto de estudio y de explotación por parte de arqueólogos y de historiadores”, añadió.
El Museo Nacional de Esclavitud se localiza en el Morro da Cruz, en Luanda. Se dedica a preservar la memoria de la esclavitud. Creado en 1977, por el Instituto Nacional del Patrimonio Cultural, con el objetivo de dar a conocer la historia de la esclavitud en Angola, el Museo Nacional de la Esclavitud tiene su sede en la Capilla de la Casa Grande, templo del siglo XVII, donde los esclavos eran bautizados antes de embarcan en los barcos que los llevaban para el continente africano.
El museo reúne y expone cientos de piezas utilizadas para el tráfico de esclavos. Está instalado en la antigua propiedad del Capitão de Granadeiros D. Álvaro de Carvalho Matoso, Cavaleiro de la orden de Cristo.