03 DE MARZO DE 2016
Más de 6 millones de angoleños han padecido las inclemencias meteorológicas
Las inundaciones y las sequías en Angola son fenómenos naturales que afectan desde 1981 a más de 6 millones de personas, según la actualización del Plan de Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres, que pretende crear un sistema integrado para gestionar estas amenazas naturales.
Entre 1981 y 2015 se han registrado 12 años de inundaciones y sequías, estas últimas especialmente graves en los años 1989, con 1,9 millones de personas afectadas y 2012 cuando más de 1,8 millones de personas sufrieron las consecuencias de la falta de lluvia, principalmente en el sur del país.
En el periodo comprendido entre enero de 2013 y mayo de 2014, la provincia de Bié fue la principal víctima de las lluvias, con casi 1.000 familias afectadas, seguido de Uíge, con unas 14.000 familias perjudicadas.
Angola vive con “cierta regularidad” ciclos de sequías en las provincias de Namibe, Cuanza Sul, Huíla, Cuando Cubango y Cunene, afectando a los cultivos de massango, massambala, maíz y judía negra.
La revisión del Plan Estratégico de Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres en Angola, señala que “esta situación lleva a que las recolectas en estas áreas no sean buenas. Los puntos donde se recibe el agua de las lluvias no recoge la suficiente, provocando la escasez de esta para el futuro”.
El documento presentado se apoya en las instrucciones adoptadas en la tercera Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Reducción del Riesgo de Desastres, realizada en Sendai (Japón) en 2015.
Entre otras, se ha definido el desarrollar el Sistema Integrado de Gestión de Información sobre Riesgo, Amenaza y Desastres para “difundir información sistematizada y cartografiada sobre la tendencia, los impactos históricos y la exposición actual de las infraestructuras y de las líneas vitales”.
También se propone incluir en los programas escolares, de asignaturas relacionadas con la gestión de los desastres, el fomento de la aplicación de normas de construcción para protección de infraestructuras y el refuerzo de sistemas de monitorización y evaluación de las amenazas, “con énfasis en la desinfección de la red hidrometeorológica nacional y en la cooperación internacional”.