7 DE JULIO DE 2015
Endiama asistirá a Venezuela para volver a integrarse en el Proceso Kimberley
La empresa de diamantes nacional de Angola (Endiama) asistirá a Venezuela este año en la reintegración en el Proceso Kimberley (PK), la organización internacional que intenta acabar con el negocio de los ‘diamantes de sangre’.
El presidente del consejo de administración de la estatal Endiama, Carlos Sumbula, precisó que este apoyo obedece a la petición de las autoridades venezolanas y se sustenta en el trabajo idéntico que Angola ya hizo para la República Centroafricana –que pretende retomar las exportaciones de diamantes-, bajo la presidencia angoleña del PK.
El Proceso Kimberley es una certificación creada en 2002 (entró en vigor en 2003), con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para impedir que el comercio internacional de diamantes sirva para financiar guerras, algo conocido como ‘diamantes de sangre’ y que alimentó durante décadas los conflictos armados en África.
De acuerdo con el presidente de Endiama, un equipo de avanzada de la empresa estatal angoleña ya ha estado en Venezuela para analizar los “problemas” del país a la hora de reintegrarse en el PK.
La reintegración de Venezuela en esta organización y el retorno de las exportaciones certificadas por Costa de Marfil y Guinea-Konakri, ambas ya autorizadas por la ONU, así como las de la República Centroafricana, fueron las prioridades asumidas por la presidencia del Gobierno angoleño en el PK, a finales de 2014.
El PK obliga a comprobar, entre otros aspectos, la utilización de “buenas prácticas mineras” y el respeto a los derechos humanos para permitir la exportación de diamantes.
Después del petróleo, los diamantes son la principal fuente de ingresos de Angola, siendo el país el quinto mayor productor mundial de diamantes.
La producción angoleña representa el 8,1% del volumen global mundial y la mina de Catoca, en el interior norte de Angola, es la cuarta mayor del género en el mundo.
La producción angoleña de diamantes está valoradoa en cerca de 8,3 millones de quilates al año, lo que supone unos ingresos brutos anuales de cerca de 987 millones de euros.