Campo de caña de azúcar en Malanje, Angola

14 DE ABRIL DE 2016

Las inversiones que garantizan la recuperación de la economía angoleña

Recien inaugurada fábrica de vinagre en Luanda

El préstamo de 1.700 millones de euros, que China hizo a Angola después de la paz, y como medio de intercambio de petróleo, constituye la principal palanca para la reactivación de una economía disfuncional y sujeta a la inflación.

En aquel momento, Angola era un país dependiente de las importaciones, con sus industrias destruidas, sin carreteras ni vías férreas. Este primer préstamo grande de China permitió una gran mejora para el pueblo de Angola en el ámbito de la circulación de personas y bienes, e hizo posible la construcción de nuevas carreteras y trazados ferroviarios, que ahora conectan el país de norte a sur y de este a oeste.

El petróleo dio mucho más al país. Permitió, durante los años de máximo apogeo, la acumulación de reservas de divisas, facilitó la estabilización de la economía, el control de la inflación y la financiación de proyectos agrícolas e industriales destinados a la reactivación de una economía independiente, diversificando las actividades para evitar la importación de casi todos los productos.

Con la paz, fue posible la aparición de una clase empresarial financiada por los bancos -hasta el año 2002, el año de la paz, Angola apenas tenía media docena de bancos-. En la actualidad, el país cuenta con más de dos docenas de entidades. Hace quince años, sólo había una compañía de seguros (Ensa - empresa pública); el mercado de seguros es ahora competitivo, y lo forman más de una veintena compañías de seguros.

Angola consiguió hacer que el diamante, uno de los recursos minerales que financiaron la guerra, sea una fuente de riqueza sólo con fines benéficos. A través del proceso de Kimberley, fue posible acabar con el comercio ilícito de diamantes, conocido comúnmente como diamantes de sangre. En este proceso, Angola fue reconocida internacionalmente por su destacada contribución.

En la agricultura, se han implementado varios proyectos, destacando la Biocom -productora de azúcar y energía limpia- en Malanje. También el proyecto agrícola Quiminha (Luanda), la producción de cereales y huevos (Malanje) y el proyecto del pueblo agrícola Nova en Waku Kungo, entre otros.

En el sector de la energía, para paliar el déficit que sufre el país tanto para consumo doméstico como para uso industrial, se están ejecutando varios proyectos. La central de ciclo combinado de Soyo, que comenzará a generar electricidad a partir de 2017, con una capacidad instalada de 750 megavatios, es el más potente de ellos.

También son representativos el proyecto de la presa de Lauca, en Kwanza Norte, cuyas dos primeras turbinas producirán 340 megawtts; y la rehabilitación y modernización de la presa de Cambambe, en obras desde 2009, y que generará 960 megavatios de energía y beneficiará a ocho millones de personas.

En el sector del transporte, hay que sumar a la construcción de carreteras y ferrocarriles por lo menos ocho aeropuertos en varias provincias, entre los que destaca el Catumbela Internacional de Benguela.

En este momento, se está construyendo el que será el mayor aeropuerto internacional en el país, que se ubicará en Luanda. También fueron adquiridos, dentro de los 14 años de paz, varios aviones para vuelos nacionales e internacionales.

En relación con la geología y la minería, el Ministerio responsable está llevando a cabo la encuesta y el registro de todos los recursos minerales del país para su mejor gestión y operación, así como para diversificar la economía de una manera sostenible.

En cuanto a la industria, una de las áreas clave para el desarrollo de Angola. Aunque tímidamente, se están desplegando varias fábricas en varios centros industriales. Del mismo modo, existe la Zona Económica Especial, un proyecto industrial construido en tiempos de paz.

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