El Planalto de Huíla

Cascada Katchilwa

No es necesario subir muy alto para tocar el cielo. En Angola se puede hacer a tan sólo 2.000 metros de altitud, desde el Planalto de Huíla.

Las tierras altas de la provincia de Huíla, coronada por las nubes, atesoran una frondosa vegetación y campos dorados bañados por el sol, paisajes que cortan la respiración, poblados por personas acogedoras, como las que habitan en la Meseta de Humpata.

UN VIAJE SENSORIAL

A pocos kilómetros de la ciudad de Lubango (capital de Huíla) ya comienzan a verse pequeños riachuelos que serpentean entre los campos, de tierra extremamente fértil, dibujando un paisaje que invita al relax.

En Agosto, Angola todavía está en la época del “cacimbo”, el invierno austral, y la temperatura desciende durante las noches. Sin embargo, de día el sol baña los campos y hace de ellos postales bucólicas de las que se quedan grabadas en la retina.

Inmensas fincas a los lados del camino inundan el aire puro con olor a manzanas, a naranjas, a peras y a otras frutas más comunes en Europa que en África, tanto es así, que la región es la mayor productora de naranjas del país.

Habitantes de la Meseta de Humpata

DISPUTAS HISTÓRICAS

La riqueza natural de esta región ha sido codiciada a lo largo de los años. Los occidentales llegaron por primera vez al Planalto de Huíla en 1627. En pleno siglo XVII, los campesinos portugueses (procedentes en su mayoría de la isla de la Madeira) se asentaron en la provincia, permaneciendo allí hasta que se proclamó la independencia en 1975.

Su legado aún es visible hoy, en los rasgos de algunos de los habitantes de Huíla, y en la memoria del pueblo Nyaneka-Nkumbe.

Aunque el rasgo que más define a los habitantes de la Meseta de Humpata es su hospitalidad. En este paraíso terrestre la tranquilidad es un bálsamo para los sentidos, y conocer a sus habitantes forma parte de la viviencia.

Recorrer la serpenteante carretera de la Serra da Leba, la Fenda do Bimbe, la cascada de Katchilwa (un canal de irrigación de 18km) son sólo algunos de los altos en el camino que debe hacer el visitante cuando viaja a Huíla.

¿Un consejo? Prueba a salir de las rutas clásicas, y aventúrate en el Planalto, porque será una de las mejores experiencias que vivirás.