18 DE ENERO DE 2016
Decano en la Santa Sede es angoleño
Por primera vez, un decano del cuerpo diplomático acreditado junto a la Santa Sede es africano. Este puesto está ocupado por un angoleño.
Fue en esta calidad que el embajador Armindo do Espírito Santo destacó, en el Vaticano, la importancia de la institucionalización por el Papa Francisco del jubileo extraordinario de la misericordia, “en un mundo falto de paz y de perdón”, durante la ceremonia anual de presentación de año nuevo junto con el cuerpo diplomático y el jefe de la Iglesia Católica.
En el discurso, pronunciado en calidad de decano junto a la Santa Sede y en representación de más de 180 países, el embajador angoleño destacó que el año 2015 estuvo marcado por el resurgimiento de muchos conflictos en todos los continentes, pero que, “a pesar de las significativas situaciones trágicas que tienen lugar por el mundo, no podemos dejar de recordar la institucionalización, del Jubileo Extraordinario de la Misericordia en un mundo necesitado de paz y falto de perdón”.
“Vuestro oportuno mensaje, al referirse a que el misterio de la misericordia es fuente de alegría, de serenidad y de paz, y que es la ley fundamental que vive en el corazón de cada persona cuento ve con ojos sinceros el hermano que encuentra en el camino de la vida, es luz que busca iluminar las consciencias más apagadas”, destacó el decano del cuerpo diplomático.
El diplomático angoleño en el “Sínodo de la Familia”, que tuvo lugar en octubre de 2015, fue una ocasión especial, “en la cual la Iglesia confirmó el amor que reserva a cada persona, en diferentes situaciones vividas durante su existencia”.
En su intervención, Armindo do Espírito Santo destacó que durante los viajes apostólicos a varios continentes, el Papa Francisco destacó, en Asia, la importancia de la comprensión y de la cooperación entre las naciones, transmitiendo simultáneamente a los jóvenes “el amor y la esperanza que la iglesia deposita en ellos”, para un mundo de paz y de concordia.
En Europa, enfatizó que, debido a los conflictos vividos en el siglo pasado, “se hizo posible promover el diálogo y la convivencia pacífica”. En las Américas, destacó cómo el conocimiento de la historia y de las raíces “constituyen fuentes de inspiración para la edificación de la paz” y que fue en este contexto y gracias a la “inestimable y reconocida contribución” del Papa Francisco que se asistió al restablecimiento de lazos interrumpidos durante décadas entre Cuba y EE.UU.
En África, al abrir en Bangui la primera Puerta Santa del Jubileo de la Misericordia, “Vuestra Santidad coronó el camino de la esperanza” y “con este gesto mostró al mundo que el corazón de la Iglesia está en todos los lugares, principalmente junto de los que más sufren”, prosiguió Armindo do Espírito Santo.
El decano enfatizó también que, frente a la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Papa Francisco amplió los horizontes de reflexión, destacando el “derecho del ambiente” como un derecho fundamental del hombre.
El decano y diplomático angoleño también habló del terrorismo y de la intolerancia que hoy asumen una dimensión a nivel mundial “y lamentablemente ganaron mayor espacio el año pasado, en concreto las persecuciones de carácter religioso”. Armindo do Espírito Santo dijo, que “más que nunca es actual la Declaración ‘Nuestra Aetate’ sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas” que completó 50 años y en la cual “el Papa Pablo VI recordaba que la Iglesia impulsa a los hombres a vivir juntos su destino común”, explicó.