25 DE MAYO DE 2016

Los valores de la Unión Africana

“Pensar África por encima de todo, respeto por la diversidad y trabajo en equipo, transparencia y prestación de cuentas, integridad y imparcialidad, eficiencia y profesionalismo, compartir conocimiento e información”, son expresiones denominadas como Misión y Valores de la Unión Africana, una institución que sucedió a la extinguida Organización de la Unidas Africana, fundada hace 53 años.

En un día como hoy, en el que el continente celebra más de medio siglo de existencia totalmente emancipado y con renovadas apuestas, independientemente de los retos actuales, es posible decir que valió la pena al camino.

Si los africanos tuviesen, entre sus aspiraciones y metas, un programa mínimo para la lucha contra el colonialismo y por las independencias nacionales, podemos decir que tal objetivo se cumplió en todo el continente.

Ningún territorio dentro de África se mantiene como colonia, dominio o propiedad de una potencia extranjera, una realidad que permite a los africanos mirar a los retos de naturaleza política, económica y social con más seguridad.

Más de cincuenta años después, fruta de intensa actividad política y diplomática y con resultados de la consolidación de los bloques regionales, dejaron de existir los conflictos entre Estados. No hay dudas de que el continente ha dado pruebas de la gestión de sus problemas.

El surgimiento de nuevos Estados, Eritrea y Sudán del Sur se gestionaron sin grandes sobresaltos para las organizaciones regionales y continental, a pesar de que prevalezcan desafíos para la estabilidad. La Organización de la Unidas Africana, creada en un día como hoy en Addis Abeba (Etiopía) cumplió en gran medida los propósitos establecidos, pero no hay duda de que muchos de los objetivos continúan inspirando a miles de africanos en todo el continente.

Promover la unidad y solidariedad entre los Estados africanos, así como reforzar la cooperación entre los Estados africanos en busca del bienestar de los pueblos de África, continua siendo un reto de la Unión Africana, instituida en 2002 en Sudáfrica.

En los últimos tiempos, los desafíos de la Unión Africana se han traducido en la aceleración de las políticas que llevan la integración del continente y los ejemplos venidos de las organizaciones regionales permiten mirar al futuro con más optimismo en la medida en que, se enfrentados en un único bloque, los problemas económicos y sociales pueden encontrar soluciones más duraderas y sostenibles.

Para ello, urge erradicar todos los focos de diferencias, tensión y de inestabilidad política y militar en todo el continente. Es necesario que la Unión Africana, auxiliada por sus socios, dentro y fuera del continente, contribuyan a la búsqueda de soluciones para los problemas de la República Árabe Saharaui Democrática, en Libia, Sudán del Sur, Somalia y en menor medida Guinea Bissau.

Junto a los desafíos relacionados con la paz y la estabilidad están las amenazas impuestas por las grandes endemias, en un momento en el que es urgente trazar estrategias globales contra la malaria, una enfermedad que continua siendo la primera causa de muerte en todo el África Subsahariana.

Es necesario estimular los esfuerzos para eliminar el analfabetismo en todo el continente y fortalecer las inversiones realizadas a nivel de salud, particularmente en la vertiente materna e infantil. Tal como consta en el plan de la Unión Africana para la agricultura, denominado “Comprehensive Africa Agriculture Development Programme”, lanzado hace más de 10 años, los Estados africanos deben dedicar, como mínimo el 10% de sus presupuestos a la agricultura.

Se trata de una estrategia que, seguida por los Estados miembros de la Unión Africana, garantiza la seguridad alimentaria sin tener que recurrir la obtención de alimentos del extranjero.

El continente necesita intensificar la coordinación y las acciones para enfrentarse mejor a todos desafíos que se presentan durante el camino para. Es bueno saber que África registra con éxito experiencias relevantes en el dominio de la Zona de Libre Comercio, Unión aduanera, monetaria y otros procedimientos que aceleran la libre circulación de personas y bienes en todo el continente.

Espacios de integración como la Comunidad para el Desarrollo del África Austral (SADC), el Mercado Común del África Oriental y Austral (COMESA) y la Comunidad Económica de los Estados del África Occidental CEDEAO, son solo algunos de los ejemplos de mercado común, cohesión y progreso.

En los próximos tiempos, auguramos que los liderazgos africanos sean capaces de responder al contenido de la famosa Agenda 2063, un documento “cocinado” por la Unión Africana y que debe servir de guía al progreso y desarrollo. Tal como refleja la Misión y Valores de la Unión Africana, los hijos del continente deben continuar “pensando en África por encima de todo” para que sean capaces de, en los problemas y desafíos del continente, aplicar soluciones africanas.

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