Cuentos Populares: “El buen Wakayoka y Thyihelilongwa”
DE SEKE IA BINDO
Dicen las viejas mujeres de Humpata que con la belleza se nace, pero la inteligencia se adquiere. La inteligencia nos enseña a perfeccionar nuestras vidas, a vivir mejor. Las bellas niñas casaderas nacieron así, hermosas. La inteligencia y el conocimiento se adquieren. Los que poco o nada saben al nacer, pueden aprenderlo casi de todo. Sólo muere ignorante quien quiere.
El joven Wakayoka aprendió a asar la carne sin quemarla nunca y Thyihelilongwa nació tan bella que causaba envidia a todos quienes a ella se acercaban.
Esta es la historia de un hombre que aprendió a ser perfecto y una mujer hermosa que hasta ofuscaba de envidia a la bella flor inmaculadamente blanca del lufeti.
Wakayoka aprendió a asar carne sin quemarla porque su madre le enseñó que estropear comida es un pecado enorme. Quien cocina tiene mucha responsabilidad.
De su abuelo aprendió una cosa más importante: cuando estés sentado en la orilla de un gran río debes temer los ataques del caimán, porque llega escondido, sumergido bajo las aguas, se acerca a la orilla y cuando ataca mata o roba.
Pero quién en la orilla del rio solamente esté atento al ataque del caimán, puede estar en riesgo de perder la vida. El león de la planicie puede acercarse en silencio y atacar por la espalda. Ni siquiera sabes cuál de los dos puede quitarte la vida.
El abuelo Kamuti-okale dijo así: nthilo k’ongandu´nondunge ku mwene-hika.
Enseñaba a Wakayoka el camino de la generosidad y del respecto por el prójimo. Nunca debemos juzgar nadie a la ligera. Sólo después de conocer todos los hechos y razones debemos hacer un juicio sobre los demás, pero siempre benevolente y de forma justa.
Dijo el viejo Kamuti-okale: -Haimo-vo tyatwala omunthu watyo m’ouvi, nga hatypenye, otyitovi: una persona sólo va hacia el camino del mal por dos razones: si ha sido despreciada o fue víctima de malos tratos.
Quien ha sido agredido, maltratado o despreciado no puede sufrir una segunda condena: ser evaluado injustamente por sus vecinos en la aldea. Fue así, con estos consejos, como Wakayoka aprendió a ser perfecto.
La bella Thyihelilongwa nació así bonita, como las mañanas de aire limpio en Humpata. No se enseña a ser bello. Se nace. Pero la vida, que es más bella que la belleza de todos los mundos, podría ser mejor si estudiáramos sus secretos.
Su madre la llevó al matorral para enseñarle las flores coloreadas del tyihana-nodimba, el arbusto favorito de la liebre angustiada. -Estas flores son bellas, pero pierden la belleza si no son sensatas.
Thyihelilongwa fue llevada por su madre a una fuente sagrada de agua que corre por las venas de la tierra: nada es más bello que el agua fresca que sacia la tierra y hace crecer los pastos.
La pequeña registró en lo más intimo de su ser, las lecciones maternas. Fue así que aprendió a reconocer la belleza del pastor que sale con su ganado del corral hacia la tierra de nadie, tan estéril que ni apenas hierba seca tiene.
Los que le critican por andar sin rumbo por los campos del hambre, olvidan que si él mantuviera a su rebaño encerrado en el corral sería peor. Al final no hizo nada malo ni insensato.
La madre de Thyihelilongwa dijo que él era un héroe porque sufre con el hambre y la sed de sus animales:
-Wakalisa-ko mbae katombwa omo om’onondunge mbae.
Los sabios de Humpata dicen que quien se queda quieto en el mismo sitio evita descarrilar y tropezar, pero a la vez acaba por vivir con el hambre porque nada produce.
Omphangu ike ikumana onombonde, kaikimane ondyalam’eimo:
“Quien recibe la ración cocina su manjar y nunca se duerme con hambre”. La abundancia es su amiga. Los que reciben leña sin salir de su aldea jamás tendrán frio porque nunca se acuestan sin fuego: Omwelelwa kalala n’ondyala. Omutiavelwa kakala nyima.
Así termina el cuentecito del perfecto Wakayoka y la belleza de Thyihelilongwa.
Las virtudes se aprenden y la belleza esta en los ojos de quien la ve.
La región de Humpata se sitúa en la provincia de Huila, al sur de Angola. Está localizada a 2.000 metros de Altitud.
El principal grupo humano que la habita es el de los Mwilas (Mumuhuilas), procedente del Nyaneka.