El café de Angola
Hasta 1974, Angola ocupaba el cuarto lugar en la lista de los mayores productores de café del mundo. El aroma y el sabor del café angoleño era (y es) algo inigualable. Y, aunque la actividad cesó a causa de la guerra que vivió el país, ahora se está retomando la actividad.
El café vuelve a cultivarse en las provincias de Benguela, Kuanza Sul, Huambo, Bié, Huila, Uije, Bengo, Malanje y Kuanza Norte. Con una calidad como la de antaño, que ha logrado que países como Italia, España o EE.UU. caigan rendidos a este producto.
Pero más allá de los datos socio-económicos de la producción del café, estos cultivos ofrecen un agradable reto para los visitantes: alojarse en un hotel rural, dentro de un campo dedicado a la producción del café, y vivir una experiencia única.
OTRA FORMA DE DISFRUTAR DEL CAFÉ
Además de descubrir los secretos sobre esta bebida rica en antioxidantes, disfrutar de esta oferta de turismo sostenible brinda la oportunidad de respirar aire puro y mezclarse con los lugareños, además de participar en la cosecha y en todo el proceso del tueste del café.
La planta y el fruto del café tienen un olor y una apariencia completamente distinta a la que encontramos en las tiendas, cuando compramos el producto final, listo para su consumo. Poder ver el fruto verde, después el rojo intenso ya maduro, y contemplar el proceso de tueste no es fácil, pero en Angola es posible.
Los alojamientos más conocidos para vivir esta experiencia, y que ofrecen al visitante todas las condiciones necesaria para una estancia inolvidable, son el Hotel Fazenda do Instituto do Café (que es estatal), a 5 kilómetros del aeropuerto de Uíje; la Fazenda Santa Isabel; la Fazenda Gigi Margarida y la Fazenda Cabuta (estas tres últimas privadas).
Si te gusta el café, y prefieres los viajes pocos convencionales, no pierdas la oportunidad de alojarte en una plantación angoleña y vivir una experiencia sensorial única que no olvidarás jamás.