Angola fue el mayor exportador de café del mundo hasta 1974. Ese año supuso un punto de inflexión para el país, debido al conflicto civil que se inició entonces (que no finalizaría hasta 2002) y que provocó que se paralizara la mayor parte de la actividad industrial en casi todas las provincias.
Ahora, tras un periodo de paz que dura ya 14 años, el sector del café (al igual que otros muchos) vuelve a despertar. El Gobierno ha apostado por la producción de café angoleño, que se caracteriza por su incomparable sabor y calidad, a gran escala, con el objetivo de exportar este producto.
La mayor parte de la producción de café en Angola se concentra en la provincia de Benguela, en la región centro y sur, donde predomina el café arábigo (de la variedad Catuai Roja y Catuai Nueva). Aunque también hay cultivos en Kuanza Sul, Huambo, Bié y Huíla.
En la zona norte de Angola se da otra variedad de café más fuerte, que se cultiva en las regiones del Uíge, Bengo, Malanje y Kuanza Norte.
Además de exportar café, Angola también lo transforma. En el país se procesa la variedad roja para el consumo interno, y muchas empresas han instalado plantas para llevar a cabo esta tarea.
Una vez cosechado, en estas fábricas se tuesta el café, de donde sale listo para su distribución en el mercado. La provincia de Kuanza Sur alberga algunas de estas plantas de procesado.
Gracias a estas empresas, que también transforman el café para su exportación, Angola está recuperando su estatus de productor a nivel mundial. Una de las más importantes es la compañía Angonabeiro, del grupo angoleño Nabeiro. En sus fábricas, produce diariamente tres toneladas de café que, además de distribuirse en el mercado nacional, se exporta a países como Portugal.
Las previsiones apuntan a que, con el aumento del cultivo y de la producción, la compañía aumente también sus exportaciones a Estados Unidos y a China, así como a Mozambique y Cabo Verde.
El proceso de internacionalización de Angonabeiro genera valor añadido para la economía del país, pero, además, ha servido para revitalizar el sector y animar a muchos agricultores a volver a la cafeicultura, que hasta hace algunos años estaba abandonada.
Después de la independencia del país, en 1975, el café angoleño perdió prestigio en los mercados internacionales, donde el producto dejó de llegar. Con la entrada de Angonabeiro en el sector, en 1998, las cosas empezaron a mejorar.
La compañía realizó un importante trabajo de formación de técnicos en una primera fase. También invirtió en infraestructuras y en modernizar la logística tanto en los campos de cultivo como en las plantas de procesado. Y siempre ha apostado por el desarrollo las variedades autóctonas, cuyo aroma y sabor se diferencian fácilmente de otros cafés arábigos.
Angonabeiro exporta el café angoleño bajo la marca “Delta Cafés”, que ya ha traspasado fronteras, y afianza poco a poco su fama internacional gracias a la calidad de sus torrefactos. En la actualidad, estos cafés llegan a más de 30 países.
El café de Angola es muy apreciado por israelitas, libaneses, chinos, rusos, además de los tradicionales compradores portugueses, españoles, italianos y alemanes.
En el mercado nacional, Angonabeiro distribuye sus cafés bajo la marca “Ginga”, que renovó completamente en 2014. Con la introducción de nuevos productos, nuevos envases y unos precios competitivos que no descuidan la calidad, Ginga ha conquistado el mercado angoleño.
De momento, el Café Ginga se vende exclusivamente en Angola, pero ante la buena acogida que tiene, existe la perspectiva de internacionalizar también está marca.
Además de ser líder en el mercado nacional con la comercialización de café rojo, Angonabeiro promueve la producción de café verde mediante el apoyo a los pequeños y medianos productores, a los que asegura la compra de su producción. La compañía cuenta con más de 100 cafeicultores que le venden sus cosechas.
La marca Ginga es un homenaje a Rainha Ginga, que gobernó los reinos de Ndongo y Matamba en la antigüedad, y fue conocida por su espíritu guerrero.
En 2011, para conmemorar los diez años de la marca, se lanzó la campaña "Hace diez años, en el corazón de Angola", donde se ilustraba la nueva imagen de los cafés Ginga con las representaciones más populares de Rainha Ginga.
Las ilustraciones y el logo de la marca (en los colores de la bandera nacional: rojo, amarillo y negro) han rejuvenecido la imagen de Ginga de forma transversal, en toda la gama de productos. Además, en su etiqueta destaca la frase “Hecho en Angola”, dejando claro su apuesta por la industria nacional. Detalles que potencian la conexión con sus consumidores angoleños.
De cara a 2017, la marca mantiene su compromiso de contribuir al desarrollo de la industria del café de Angola.
