Interior de una planta transformadora de madera en Moxico, donde cuentan con moderna maquinaria
La industria de la carpintería en Angola fue concebida para apoyar el sector de la construcción y reducir las necesidades de importación de estructuras, pero tras alcanzar altos estándares internacionales en calidad, se ha abierto a otros sectores que demandan sus productos.
Cuando el Gobierno decidió incluir el sector forestal en la estrategia de lucha contra la crisis y la diversificación económica, se puso de manifiesto que, aún no siendo un producto de la cesta básica, la explotación de la madera promueve el empleo y los ingresos de las familias.
La industria forestal ha experimentado una transformación muy positiva en los últimos años, pasando de generar grandes pérdidas a la economía nacional, a convertirse en un sector próspero que asegura la entrada de divisas al país con la exportación de su producción.
Operario trabando en una fábrica de Luena
Aunque es con la madera que no se vende a otros países, con la que se abastecen las necesidades de las pequeñas y medianas empresas de carpintería, que han ampliado su abanico de producción. Inducarpin es un ejemplo de esto: la planta, que está ubicada en la Zona Económica Especial Luanda-Bengo, tiene un área dedicada a fabricar muebles.
La planta cuenta con una amplia exposición que abarca desde mobiliario para dormitorios, salas de estar o cocinas, hasta estructuras destinadas a la construcción civil, por lo que atrae a personas con diferentes motivaciones.
Inducarpin es una de las empresas del sector que más ha crecido y, en la actualidad, garantiza el empleo a muchos jóvenes. La fábrica cuenta con más de 80 empleados, y entre ellos hay 16 mujeres. Pero no es la única. La aparición de empresas dedicadas a la carpintería se ha multiplicado, y con ello ha aumentado la oferta de productos de madera.
En el caso Inducarpin, es relevante hacer una breve referencia al lugar donde está instalado: la Zona Económica Especial Luanda-Bengo. En el proceso de reconstrucción y desarrollo del país, y para reactivar la economía real y mejorar el nivel de desarrollo y la estructura de la producción nacional, el Gobierno decidió establecer zonas económicas especiales. Por lo tanto, se trata de un modelo de desarrollo institucional, administrativo y económico que proporciona incentivos a la inversión.
El Inducarpin surge entre las primeras unidades industriales de la Zona Económica Especial de Viana, en el contexto de un programa para reforzar la estructura industrial nacional, aumentar la oferta de puestos de trabajo para los jóvenes y reducir la dependencia del petróleo.
Con la aparición de la ZEE de Viana, surge toda una gama de industrias de apoyo a la industria de la construcción, que crea unos 1.400 puestos de trabajo directos y ayuda a la diversificación de la economía angoleña.
La industria transformadora de la madera diversifica su actividad fabricando, entre otras cosas, mobiliario
Al mismo tiempo que surge Inducarpin, otros negocios similares como Matelectrica, Indubos, Angola cables, Mangotal y Transplás también se instalan en la ZEE de Viana. Todos ellos dentro de un marco claro de compromiso con la calidad y la diversidad de la producción local.
La idea era tener concentrados en un mismo polo industrial a los productores y fomentar los estándares internacionales de calidad en los contenidos locales, con el fin de ganar espacio en el mercado interno, reducir las importaciones y llegar a los países vecinos.
En la sala de exposiciones de Inducarpin se puede tener una idea de cómo ha evolucionado la fábrica, y de lo que se está haciendo para alcanzar los objetivos de inversión que se ha marcado la empresa. La variedad y calidad de las piezas, fruto de la imaginación de los jóvenes maestros carpinteros que allí trabajan, es un reflejo del esfuerzo en formación que se está haciendo en el sector.
Además, las nuevas medidas legislativas de apoyo a la inversión privada crean un escenario muy propicio para que este sector reciba liquidez de socios nacionales y extranjeros.
El resultado de estos avances, y del crecimiento de empresas como Inducarpin, es que, a diferencia de lo que sucedía en las décadas de los 80 y los 90, cuando los muebles de importación eran un lujo reservado para unos pocos angoleños, ahora la población puede acceder a estos productos elaborados en las carpinterías nacionales.
En 2013, el Gobierno consideró que era "indispensable" la contribución de los recursos forestales a la economía y las familias del país, ya que es "una de las principales fuentes de sustento para muchos angoleños".
Angola tiene un área de bosque estimada en 53 millones de hectáreas, lo que corresponde a cerca de la mitad del país (un 43%), con una capacidad de corte anual estimada en 326.000 metros cúbicos de madera, y miles de toneladas de carbón y leña.
El continente africano sigue siendo el mayor exportador de materia prima para los demás continentes.
