Hace tres años, Angola tenía sólo 36 subestaciones a lo largo de toda la red nacional eléctrica. Un número que ha ido subiendo gradualmente, pero que sigue siendo insuficiente para abastecer la creciente demanda de electricidad de un país que está “en construcción”, y que necesitará más de 150 centrales para abastecer todo su territorio.
El objetivo del Gobierno es que en el año 2025 Angola sea energéticamente autosuficiente, y que la Red Nacional de Transporte de Energía Eléctrica (en la cual se están realizando grandes inversiones públicas) interconecte todas las capitales provinciales.
Esta es la meta de la estrategia "Angola Energía 2025", un ambicioso plan de modernización eléctrica que ha puesto en marcha el Ejecutivo para dar un gran salto cualitativo en un plazo de nueve años.
Para lograr interconectar las 18 provincias es necesario construir un importante conjunto de infraestructuras, gran parte de las cuales ya se han ejecutado, mientras que otras están en vías de conclusión. Se trata de un programa a largo plazo, pero el ministro de Energía y Aguas, Juan Bautista Borges, asegura que lo que se ha hecho ya en este sector permite augurar que esa meta se alcanzará con un éxito asegurado.
Una parte significativa de la red de alta tensión, según las palabras del ministro, se está ejecutando con éxito. Los esfuerzos ahora deben incidir fundamentalmente en los 60 kv necesarios para apoyar la electrificación rural, el otro gran objetivo insertado en el Programa Nacional De Desarrollo "Angola 2025".
En los últimos años, el fuerte crecimiento del consumo de energía en Angola (principalmente en los principales centros urbanos, como Luanda) ha puesto al sector en una situación de "emergencia permanente" por los continuos cortes eléctricos, concentrando gran parte de los esfuerzos en la búsqueda de respuestas a problemas puntuales.
La estrategia "Angola Energía 2025" marca la ruptura con las soluciones paliativas y asume el compromiso de garantizar el acceso a la energía eléctrica a la generalidad de la población angoleña como forma de promover el desarrollo humano.
En 2013, el país tenía 2.850 km de líneas eléctricas de 60, 220 y 400 kv. Hoy ha multiplicado esos kilómetros, pero aún no ha alcanzado los 16.350 necesarios para dar suministro a todo el territorio, algo que debe lograrse en 2025.
Para hacer factible este programa, el Gobierno quiere garantizar la participación de agentes privados en el sector, y creará condiciones para reducir los gastos de explotación y, por consiguiente, atraer la inversión privada.
A largo plazo, la política energética de Angola asumirá la necesidad de transformación del sector en seis ejes: crecimiento del parque de generación, potenciación del papel de las energías renovables, expansión de la electrificación, revisión arancelaria y sostenibilidad económico-financiera, la reestructuración y el refuerzo de los operadores y la promoción de la entrada de capital y el know-how privado.
El Ejecutivo ha previsto varias inversiones en la Red Nacional de Transporte de Energía a partir de 2018. En una primera fase, buscará financiación para construir un nuevo corredor de 220 kv, con línea doble, entre el Norte y el Este del país. Se va a optar por una potencia de 220 kv por la necesidad de garantizar la redundancia y seguridad de otro corredor Norte-Sur de 400 kv (hasta Namibia, a través de Benguela y Lubango).
Se prevé también la construcción de un nuevo eje de 220 kv para reforzar el abastecimiento de Menongue, y el cierre en anillo de las antenas del sistema que une Mbanza Congo y Maquela del Zombo.
En el caso de concreto de Luanda, las inversiones que se han realizado hasta 2017 han permitido sostener el crecimiento hasta los 3,3 gigavatios, con excepción de la subestación de Viana.
De cara a 2025, se implementará un conjunto de medidas para minimizar y gestionar la presión sobre la subestación de Viana, construyendo una torre de 400 kv en la subestación de Cacuaco, para seccionar la línea entre Capari y Catete. Además, se van a crear de nuevas subestaciones de 220 kv en el centro de la ciudad de Luanda, en la zona de Chicala y en Zango.
La interconexión de Angola a la red regional de la SADC también es una cuestión importante, y constituye una fuerte apuesta por la hidroelectricidad. Está previsto que en años hidrológicamente favorables, Angola va a tener exceso de energía que, o desperdicia, o exporta. En años secos, formando parte de esta red, el país tiene la posibilidad de importar energía de las centrales de carbón de Sudáfrica, lo que ayudará al sistema.
En términos de interconexión con países fronterizos, se prevé que Angola se conecte a República Democrática del Congo (a una potencia de 400 kv entre el Soyo e Inga, y a 200 kv entre Cabinda e Inga, y entre Luachimo y Kananga). En el sur, se prevén dos conexiones a Namibia, vía Baynes, de 400 kv, y a Ondjiva, de 60 kv.
Con la conexión al sistema Inga se pretende exportar energía a la ciudad de Kinshasa. Namibia, por su parte, constituye un potencial cliente, en particular en los meses con menos producción hídrica, debido a la importancia de la represa de Ruacaná. Además, Namibia constituye una especie de puente hacia Sudáfrica, Zimbabwe y Zambia. Y la central hidroeléctrica de Baynes constituye un punto natural de interconexión, a una potencia de 400 kv.
Cabe tener en cuenta que la diferencia de precios entre los distintos nudos no es significativa, con excepción del Sistema Sur, Este y Cabinda, donde se espera que el coste de la electricidad sea un poco superior. Esta aproximación de precios y las reducidas restricciones entre los corredores que interconectan las distintas provincias (y los países vecinos) son indicadores de que el sistema está cerca de comportarse como una red única e interconectada.
Las interconexiones permitirán exportar energía y, en el caso del sur, importar la electricidad que se necesite en años secos, durante las horas de vacío.
En relación a las presas, la más importante es la central de Ciclo Combinado de Soyo, sobre la cual se podría escribir un reportaje aparte. Su proceso de generación de energía, que comienza con la quema de gas antes de pasar por un proceso no menos industrial de vapor de agua, hace que esta estación se clasifique fuera de los sistemas tradicionales de producción de energía.
La central de Ciclo Combinado de Soyo tiene una capacidad de producción bruta de 750 megavatios de energía eléctrica, estimada en 900 millones de dólares. Pero, comparada con los otros dos grandes proyectos, en términos de cuota de producción, la central del Soyo es una especie de "hermano menor". Por delante de Soyo están la central de Laúca (2.070 megavatios) y la de Cambambe II (960 megavatios). Se calcula que, en conjunto, las tres contribuyen con más de cuatro mil megavatios.
La previsión es que, añadida a la capacidad existente, la producción de Laúca, de Cambambe y de Soyo ayude a superar los cinco mil megavatios que necesita Angola para dar el paso definitivo hacia la autosuficiencia energética.
