Cada vez más empresas se interesan por el sector avícola en Angola
Uno de los objetivos del Gobierno es reducir al máximo la importación de uno de los productos alimentarios de primera necesidad: los huevos. Para ello, muchas son las empresas que están abrazando proyectos relacionados con el sector avícola, que en Angola ha crecido exponencialmente durante el último año.
La más relevante de estas empresas es, a día de hoy, la hacienda Perla del Kikuxi, que cuenta con un proyecto integrado que engloba la producción de alimento para los animales, el centro de clarificación de huevos, la cría de pollitos, de gallinas ponedoras y la carne de pollo fresco. Productos que se comercializan bajo las marcas Nutrimix, Kikovo y Avikuxi.
Con una facturación anual por encima de los 60 millones de euros, esta compañía representa el 80% del mercado angoleño de productos avícolas con calidad y seguridad alimentaria. Con una producción de 5.500 toneladas mensuales de alimento para animales, 700.000 huevos al día y 100 toneladas de pollo fresco, la compañía también ha logrado introducir su nombre entre los referentes africanos en innovación y desarrollo del sector.
Operaria de Kikuxi en la cadena de producción de carne de pollo
El éxito alcanzado por las empresas que forman parte de la hacienda Perla del Kikuxi se debe a la integración de los diversos negocios de alimentación para animales, huevos y pollos. Nutrimix se sitúa en la cima, siendo la empresa responsable de la formulación y producción de alimentos para consumo animal de las empresas subyacentes.
Actualmente, tiene una capacidad instalada que le permite el almacenamiento de 24.000 toneladas de cereal, y la producción de 20 toneladas de ración por hora. El 70% de esta producción es vendida al grupo, principalmente para aves de corral, pollos y gallinas ponedoras de todos los ciclos.
Este año, la empresa invertirá cerca de 850.000 euros en aves (cada animal importado cuesta alrededor de un euro y medio). En la actualidad, cuentan con 850.000 gallinas (importadas de Holanda) que crían 5.000 pollos al día.
La producción se distribuye a 300 clientes, y no hay duda de que la empresa se ha ganado su espacio en el mercado nacional, suministrando los productos a las grandes superficies comerciales del país.
La explotación de gallinas ponedoras es una actividad de gran rentabilidad, ya que los huevos están considerados como un alimento de primera necesidad, por su alto valor nutritivo y proteico, su bajo costo y su accesibilidad a todas las clases sociales.
La empresa Perla del Kikuxi dispone también de una línea de alimentación para cerdos, desde la gestación, la lactancia y el engorde. Este polo avícola ocupa un área de 900 hectáreas, con espacios necesarios para cumplir las distancias mínimas entre los distintos pabellones, y entre las zonas de cría y el matadero.
La fábrica produce 250 toneladas de alimento para animales por día. Los equipos con los que se elaboran estos productos proceden de Alemania, Holanda e Israel. Teniendo en cuenta la capacidad de producción de la granja, los empresarios establecieron alianzas estratégicas con grandes y pequeños productores de cereales, para cubrir las necesidades de materia prima, que están por encima de las 23.000 toneladas anuales.
Esta planta está dimensionada para cubrir las necesidades de suministro de clientes externos, y cuenta una torre con una balanza de dos toneladas. Los silos tienen capacidad para almacenar 12.000 toneladas de maíz, y también hay un pabellón con capacidad para 6.000 toneladas de orujo de soja, un pabellón con capacidad para 6.000 toneladas de girasol o salvado, depósitos con capacidad de 250.000 litros de aceite de soja y otros silos más pequeños de 500 toneladas.
La Perla de Kikuxi cuenta con equipos de tecnología avanzada en casi todo el proceso de producción
La planta de producción avícola de Kikuxi tiene pabellones de reproducción y un centro de clasificación de huevos que cuenta con equipos tecnológicos de última generación. Los 8 pabellones de reproducción (que alojan a 130.000 aves cada uno) están automatizados y conectados con el centro de clasificación.
La temperatura y la humedad están controladas informáticamente, utilizando mecanismos que garantizan el mínimo de error. Para que esto fuera posible, se instalaron sensores que miden cada valor, y aseguran una temperatura ideal que no supera los 25 grados centígrados.
Las gallinas llegan de Holanda recién nacidas, y permanecen durante 16 semanas en una incubadora, hasta que se transfieren a otro pabellón, donde viven cuatro meses (su ciclo de vida útil).
Desde que la gallina pone el huevo, hasta que el producto se empaqueta para su consumo, no hay intervención humana. El proceso está totalmente automatizado. Desde el control de la temperatura, el suministro de agua y el alimento. Además, cada pabellón también cuenta con controles para prevenir los contagios y los virus.
El centro de clasificación de huevos es la parte final del proceso. Los huevos salen de los ocho pabellones y se transportan al centro de clasificación mediante esteras hechas con aluminio y goma. Después, se clasifican por categoría, peso y tamaño (diferenciando en tallas XL, M, L y S, como en la ropa). Por ejemplo, el huevo de tamaño S tiene menos de 56 g, y el de talla L tiene 73 g.
En el aviario de la Perla del Kikuxi, el equipo controla 60.000 huevos por hora y separa a los que están partidos o presentan algún defecto.
Uno de los ocho pabellones de puesta de huevos de la hacienda
La granja se encuentra en su cuarta fase de desarrollo, y en la actualidad está construyendo otros tres pabellones de puesta de huevos. Hasta el momento, la empresa ha invertido 83 millones de euros en estas instalaciones.
La capacidad tecnológica y la búsqueda constante de soluciones innovadoras permiten la estabilidad económica de esta hacienda, y su capacidad de producción de alimentos para animales refuerzan su posición en el mercado angoleño, aumentando la cuota de ventas externas del grupo.
Además, la empresa posee un matadero con capacidad para sacrificio de 2.500 aves de descarte diarias, procedentes de los ocho pabellones, y una cámara de refrigeración con una capacidad de 600 toneladas para conservar los productos.
La Perla de Kikuxi hace una selección rigurosa de proveedores y de materias primas, que analiza en un moderno laboratorio de química y de microbiología, para garantizar su calidad y su seguridad alimentaria.
Algunas de las materias primas que utiliza proceden de los campos angoleños, como el maíz, el salvado y la soja, utilizados para elaborar alimento para animales. Sin embargo, aún son cantidades pequeñas, y es necesario importar 15 de los 17 ingredientes necesarios. Portugal y Brasil son los países en los que se compran estas materias primas.
Por este motivo, la producción de materia prima constituye uno de los grandes desafíos de la empresa, que ya ha anunciado que va a cultivar 500 hectáreas de maíz y soja en los próximos años. Un proyecto en el que tiene previsto invertir 25 millones de euros en tecnología, esencial para producir de forma rápida y eficaz .
