En la estela de la diversificación económica, en la que está inmersa Angola desde hace cinco años, el caso de Cabinda es un buen ejemplo de cómo puede cambiar la realidad industrial de una provincia dando los pasos adecuados.
En 2012, Cabinda contaba con 161 unidades industriales, entre carpinterías, cerrajerías, panaderías, fábricas de productos de higiene, de confección, o de bebidas. En la actualidad, esta cifra se ha duplicado, alcanzando las 223 fábricas en activo.
Los datos de la Secretaría de Industria de Cabinda revelan un crecimiento exponencial en diversos ámbitos, y ponen el acento en el hecho de que a lo largo del primer semestre de 2017 el ritmo de industrialización se ha intensificado.
Otro dato interesante para comprender cómo evoluciona el tejido industrial en esta región es que, entre los distintos subsectores, hay uno que destaca: el de la madera. Un total de 61 fábricas, entre carpinterías y cerrajerías, se dedican a la transformación de la madera en Cabinda.
Sin embargo, sólo ocho de estas unidades aseguran el aserrado de la madera, por lo que el sector contempla oportunidades de crecimiento para cubrir la demanda en esta fase de la transformación de la madera.
Responsables de Industria en la provincia confirman que van a instalarse más serrerías en un futuro cercano, para garantizar el suministro de materias primas a las fábricas de mobiliario.
Con un bosque como el del Maiombe, donde abundan diversas especies de madera, como el ombligo, la takula, la banzala, la wamba, vuku, limba, kungulo, palo de rosa, tolas blancas, chihua, kali, kámbala, ndola, livuite, o palo negro –entre otras–, materia prima es lo que no falta para abastecer a la industria maderera en Cabinda.
La industria de la madera es, en realidad, una de las principales "banderas" de la industria en Cabinda. Y ahora se pretende capitalizar al máximo ese segmento, partiendo de la explotación (aserrado y transformación) y continuando con aprovechamiento de los desechos de la madera, dado que ya existe una empresa que produce carbón ecológico a partir de estos desechos.
La única planta que se dedica, de momento, a transformar los desechos de la madera en carbón ecológico tiene capacidad para producir más de 200.000 toneladas al año. Pero desarrollar la industria del carbón ecológico es otro de los retos del programa de diversificación económica, recogido en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2017.
Esta planta ocupa 2.500 metros cuadrados, en la zona industrial del Caio (municipio del Buco-Zau) a 180 kilómetros al norte de la ciudad de Cabinda. Mensualmente, pone en el mercado al menos 17.000 toneladas de carbón. Tiene una línea de aserrín y corte de los desperdicios de madera en forma de cubo, y una segunda para su transformación en carbón ecológico bruto y de briquetas.
La industria farmacéutica y cosmética también se beneficia con esta fábrica de carbón ecológico, ya que también está preparada para transformar los desperdicios de madera en resina.
Es significativa la preocupación por la protección del medio ambiente en el proceso de transformación de la madera, ya que, según el Instituto de Desarrollo Forestal (IDF), todos los desperdicios de madera que son aprovechados evitan enormes cantidades de humo.
La prohibición de exportar madera sin procesar, una iniciativa del Gobierno, ha sido acogida con un entusiasmo notable en el sector industrial en Cabinda. "Esa medida del Ejecutivo puede subsanar algunos daños que los madereros venían padeciendo, que veían como el hecho de vender la madera en tronco a los mercados de países vecinos (fundamentalmente a Ponta Negra, República del Congo) acababa por devaluar el producto”, sostienen los responsables locales.
Con esta medida, las empresas que se dedican a transformar la madera tienen la garantía de que su venta será más provechosa, y esa ganancia se quedará en Angola. Esto, unido al hecho de que algunas de las fábricas de transformación de la madera de Cabinda exhiben hoy un "know-how" y una gran experiencia, las permite competir en cualquier mercado, nacional o exterior.
Pero el apoyo del Gobierno a la industria nacional de la madera va más allá, y tres de estas empresas han sido contratadas por el Ministerio de Industria para suministrar el mobiliario escolar a varios centros de enseñanza, tanto en la provincia, como en otras regiones del país.
Cada una de las tres fábricas que han firmado un contrato público, va a suministrar 10.000 puestos escolares, algo que minimizará sustancialmente la carencia que registran algunas escuelas del país.
La resiliencia en el sector de la industria está muy ligada también a todo el trabajo que se está desarrollando para la instalación rápida de fábricas en el Polo Industrial de Fútila, a las afueras de la ciudad de Cabinda.
A lo largo de los próximos 15 meses, dentro de una primera fase, entrarán en actividad una serie de plantas de producción relacionadas con la industria petrolera. Todas las obras de construcción han sido adjudicadas a una nueva empresa, Benfim, en virtud de un contrato con el Ministerio de Industria. Con esta decisión, se espera acelerar el proceso de construcción y, en consecuencia, la industrialización de Cabinda.
El Polo Industrial de Fútila comenzó a construirse en 2013, y llevaba un notable retraso en su ejecución. Ahora, y por decreto presidencial, tendrá un nuevo modelo de gestión. Y es que la importancia de este enclave es alta, debido a la proximidad con el campo de producción de petróleo de Malongo
Se contemplan, entre otras cosas, instalar unidades ligadas a los más variados servicios de apoyo a la industria petrolera en Cabinda, capitalizando así la proximidad con el campo de Malongo y con el puerto de aguas profundas (en construcción en la zona del Caio).
En Cabinda también hay fábricas dedicadas a la producción de materiales de construcción: desde fábricas de ladrillos, de hormigón armado, de bloques de cemento, de tejas, de asfalto, de acero, hasta fábricas de mobiliario y de otros equipos pesados. Esto convierte a la provincia en un potencial centro de negocios.
El Polo Industrial de Fútila posee un total de 2.344 hectáreas, que se ampliarán con otras 112, en las que se está construyendo ahora. Hay extensas áreas reservadas para grandes almacenes de madera, contrachapados, aserraderos, carpinterías, diversas tiendas, e incluso astilleros. Y cuenta también con una zona destinada a las infraestructuras sociales y administrativas.
En este polo industrial se implantaron inicialmente 56 empresas, a las que hay que se sumarán las que están relacionadas con el campo petrolero de Malongo, y que entrarán en actividad en 2018.
Futila se está catapultando así como un universo de infraestructuras para el desarrollo industrial de la provincia más al norte de Angola.