En 1974 Angola llegó a ocupar uno de los primeros puestos en la exportación de harina y aceite de pescado. En aquella época, países como Alemania y Japón eran los principales mercados y el producto hecho en Angola era demandado dada la calidad excepcional de sus proteinas.
Fruto de uma política de incentivos a la inversión privada, Angola consiguió arrancar prácticamente de cero, cuando las fábricas se tuvieron que parar por diversas razones, hasta que en 2014 alcanzó el nivel de producción de acuerdo con las pretensiones de volver a los ritmos de los viejos tiempos.
De esta forma, y en tan solo dos año la producción de harina de pescado llegó a las 4.744 toneladas, según el Ministerio de Pescas.
Con el lanzamiento de la industria transformadora esta cifra ha crecido gradualmente, y el año pasado, según la misma fuente, la producción alcanzó las 10.874 toneladas. Este año y en 2017 las previsiones apuntan para 20.000 toneladas de harina de pescado, con ingresos anuales valorados en 1,8 mil millones de kwanzas.
En el país existen tres empresas que se dedican a la producción y comercialización de harina y aceite de pescado. Dos están situadas en la provincia de Namibe y otra en Benguela. Cada una de ellas cuenta con más de 500 trabajadores.
Para la producción de harina se usan productos derivados del proceso industrial y especies con bajo valor comercial. Del proceso se aprovechan los residuos tales como las vísceras, cabezas y espinas, mientras que las especies son aquellas que la población no tiene la costumbre de consumir.
Tras obtener la materia prima llega el momento de cocer, triturar y secar. En esta fase se realiza la reducción del contenido en agua y se extrae del aceite. Tanto la harina como el aceite de pescado son importantes en la dieta alimenticia tanto humana como animal.
Gracias a estudios científicos se ha llegado a la conclusión de que la harina de pescado también se puede utilizar como suplemento alimenticio en sopas súper nutritivas para niños y caldos de pescado, al contener calcio.
Con el lanzamiento de la industria transformadora
esta cifra ha crecido gradualmente, con ingresos anuales
valorados en 1,8 mil millones de kwanzas
La harina de pescado se usa como aditivo en el alimento para aves, en especial gallinas, cerdos, ovejas y vacas, sobre todo vacas lecheras. También se usa como ración para animales acuáticos criados en acuicultura, especialmente para la creación de gambas en operaciones de piscicultura.
La harina de pescado se usa como aditivo en el alimento para aves, en especial gallinas, cerdos, ovejas y vacas, sobre todo vacas lecheras. También se usa como ración para animales acuáticos criados en acuicultura, especialmente para la creación de gambas en operaciones de piscicultura.
Esta falta de demanda hizo que de 2013 a 2015, tanto la harina como el aceite de pescado se exportasen. Países como Sudáfrica y Namibia son los principales mercados de exportación de harina de pescado producido en Angola y en candidades no muy considerables están China, Tailandia, Nigeria y Perú.
La reactivación de la industria transformadora en el país se está haciendo de manera sustentable, siguiendo las normas establecidas por el Decreto Presidencial 11/16 de 15 de enero que establece las medidas de gestión de las pescaderías marinas, de la pesca continental y de la acuicultura para el año 2016.
La industria transformadora permite que un número limitado de unidades de producción de haraina y aceite de pescado no tenga un gran impacto en la sustentabilidad de los recursos y en el suministro de alimentos a las poblaciones.
Para la reactivación de la industria transformadora, se establecidos mecanismos que sustentan el programa del aumento de la producción y promoción de las exportacinoes de la harina y aceite de pescado en el país. Tales medidas consisten en apoyo técnico a los potenciales inversores, la subvención de combustibles y disposición de divisas frente a las necesidades de importación.
Este programa visa el aumento de la producción y promoción de las exportación, contribuir para la promoción del empleo, combate a la pobreza y garantizar la seguridad alimenticia y nutricional de las poblaciones.
Con la reactivación de la industria transformadora la demanda de harina de pescado a nivel del país es la mayor, por lo que, el prorgrama dirigido del sector de las Pescas va a contribuir positivamente en la diversificación de la economía y va a permitir que este subsector sea cada vez más sustentable.
La nueva fábrica está reactivando
el Polo de Desarrollo del sector
de las pescas
La producción de harina de pescado aumentó considerablemente de 4.744 toneladas en 2014, para 10.874 en 2015, totalizando un crecimiento del 129%. Relativamente al aceite, considerado un producto resultante del proceso de harina, pasó de 1.425 toneladas para 5.304, con una tasa de crecimiento del 272%.
Este aumento de producción, se debió al incremento de un fábrica más situada en Namibe, responsable de más del 50% de producción/año.
La linea de procesado de harina y aceite de pescado puede costar más de 5 millones de dólares. En Angola, las fábricas se están construyendo y modernizando con base en las normas internacionales. Este requisito hace que el producto nacional, al ser exportado, no levante ninguna duda sobre su autenticidad.
Para 2016 y 2017, se estima una producción de 20.000 toneladas de harina. En términos de recursos humanos van a garantizar más de 300 nuevos puestos de trabajo.
En el municipio de Tombua, provincia de Namibe, está situado el mayor acervo de producción de harina y aceite de pescado del país. Con coste de rehabilitación y equipo de 10 millones de dólares y una capacidad de producción de 600 toneladas de harina de pescado, la nueva fábrica está reactivando el Polo de Desarrollo del sector de las pescas que fue en el pasado.
Cuando inauguró la fábrica el pasado mes de mayo, la ministra de Pescas, Victoria de Barros, propuso un reto a los empresarios locales que poseen empresas del ramo paralizadas a lo largo del paseo marítimo de la bahía de Tombua, que buscasen socios con el objetivo de dar soluciones que permitan desarrollar las áreas.
Victoria de Barros apeló a una asociación con países de la región, con quien Angola comparte el ecosistema de la Corriente Fria de Benguela, en concreto, Namibia y Sudáfrica, de forma que captase recursos de forma económica y sustentable.
