ANGOLA CRECE

En Angola, el gas viaja en tren


LA RECONSTRUCCIÓN FERRROVIARIA HA PERMITIDO TRANSPORTAR MERCANCÍAS HASTA ZONAS DESTRUIDAS POR LA GUERRA


Transportar el gas en ferrocarril abarata costes y aumenta la seguridad. Esta es la conclusión a la que ha llegado Sonangol (la sociedad nacional de combustibles de Angola), que ya ha realizado dos operaciones de transporte ferroviario de gas butano, y prepara la tercera entre Lobito y Luena, atravesando Benguela.

Los costes y la seguridad son temas determinantes a la hora de transportar combustibles, pero no son los únicos. Llegar a ciudades donde era imposible llegar, por estar destruidas las comunicaciones desde la guerra, es esencial para el desarrollo económico del país.

Las dos primeras operaciones de transporte de gas se realizaron en los meses de agosto y septiembre respectivamente. Sonangol utilizó el “Caminho-de-Ferro” de Benguela para llegar a Luena. Y ambas operaciones han sido un éxito.

Se ha logrado llevar el producto a un precio más bajo para el consumidor, se ha llegado a zonas donde era complicado antes y los gastos para la empresa concesionaria han sido menores.

Pero el gas butano no es el único producto que se beneficia de la reconstrucción de la red ferroviaria que el Gobierno angoleño ha llevado a cabo durante los últimos años. Son muchas las mercancías que parten de Lobito desde que se estableció esta línea en 2012: combustibles, cemento, productos alimentarios, etc. que ayudan a su vez a la reconstrucción social del país.


EL CORREDOR DE LOBITO


Los líderes políticos que abogaron por la construcción de la línea ferroviaria que une las provincias de Benguela, Huambo, Bie y Moxico, conocida como el "Corredor Lobito", depositaron enormes esperanzas en la conexión de la zona costera de Angola con la frontera con RDC.

Esta vía de comunicación, rápida, barata y segura, puede permitir que el país recupere el peso internacional que antes tenía en la exportación de minerales desde las regiones orientales y centrales de Angola.

En 2012, se transportaron más de 4.000 toneladas de productos por tren, utilizando el Corredor de Lobito. La cifra se elevó a 17.560 toneladas un año después.

La cantidad de mercancías que se transportan por esta vía no ha dejado de aumentar. 20.000 toneladas en 2014; y cerca de 30.000 el año pasado. En lo que va de 2016, se han superado las 17.000 toneladas.


EL PUENTE SOBRE EL RÍO LUAU


La conexión con la estación de Luau (en la frontera), supone también un ancla importante para el desarrollo de los Países de la Comunidad de África Austral (SADC).

El puente transfronterizo sobre el río Luau, último tramo de esta la línea ferroviaria de 1.267 kilómetros de longitud, fue inaugurado en 2015. Y constituye una prueba más de los esfuerzos hechos en la rehabilitación de la infraestructura angoleña.

Obra de ingeniería monumental, este puente tiene el potencial de llegar a ser un instrumento importante para el comercio, impulsando la integración regional entre varios países africanos, especialmente los que están situados en las regiones meridionales y centrales.

Conectar el puerto de Lobito con importantes regiones mineras de la República Democrática del Congo, como Katanga y Zambia que no tienen salida al mar, garantiza las importaciones y exportaciones de mercancías.

Por lo tanto, el Corredor de Lobito es una alternativa al puerto de Beira, en Mozambique, y a Dar-es-Salaam, en Tanzania.


RECUPERAR EL SECTOR MINERO


Al otro lado de la frontera con la República Democrática del Congo, miles de toneladas de mineral esperan la finalización de las obras de extensión del Corredor, asegurando así su exportación a diferentes partes del mundo desde puerto de Lobito.

En RDC, en particular en la zona Dilolo, la expectativa es enorme. Con un nuevo tramo de vías, se permitirá el transporte, no sólo de mercancías, sino también de personas. El municipio de Luau está destinado a ser la "puerta de entrada" a la integración regional con el sur de África, a través de una zona de libre comercio y el fortalecimiento de las relaciones vecinales de Angola.

Aunque, sin duda, los principales beneficiarios de la conexión ferroviaria con Angola son países que podrán obtener cobre, níquel, cobalto, manganeso y otros minerales a un coste menor. Estas regiones se ahorrarán los gastos de transporte desde los puertos de Mozambique, Sudáfrica o Tanzania, que están a miles de kilómetros.


INVERSIÓN EN INFRAESTRUCTURAS


Entre 2005 y 2015, el programa de rehabilitación del Corredor de Lobito ha representado una inversión de 1.700 millones de euros, de los más de 3.000 que se van a destinar a la reparación de la red ferroviaria en todo el país.

Estas cifras incluyen otras infraestructuras, rehabilitadas o construidas, a lo largo de la ruta que dibuja esta línea de tren. Carreteras, aeropuertos, puertos, escuelas e incluso centros salud, son alguno ejemplos.

La rehabilitación y modernización de las extensiones del Corredor de Lobito incluyen la instalación de redes de fibra óptica y equipos de señalización y seguridad en toda la longitud de las líneas, construcción de puentes, alcantarillas, pasos a nivel y zanjas de drenaje, así como modernas estaciones con comodidades para los pasajeros, lo que explica la elevada inversión económica.

Otra de las obras más significativas que han derivado del Corredor de Lobito, es la construcción de un aeropuerto internacional en Luau. Con una pista de 2.600 metros de longitud y 45 metros de ancho, mientras se avanza en las obras de construcción de un puerto seco, incrementará el tránsito de personas y mercancías.

Se trata de una estructura moderna, con capacidad para más de 140 pasajeros, restaurantes, bares, ect., en un área de más de mil metros cuadrados. En el puerto seco con el que contará, se están construyendo además grandes almacenes y otra infraestructura de apoyo a la actividad de los agentes económicos de Angola y de los países vecinos.


LLEVANDO EL PROGRESO A LAS COMUNIDADES


En todas las poblaciones atravesadas por el Corredor de Lobito, en recorre la región oriental y central, el cambio ha sido más que notable. Ciudades enteras se han trasladado a las cercanías de la zona de la vía férrea, garantizando su acceso a la producción agrícola, antes muy deteriorado.

Las estaciones de ferrocarril siempre están llenas de gente, que vende todo tipo de cereales, verduras, frutas, animales, harina de maíz y otros productos. Mercados que reavivan la esperanza de una vida mejor.

En Cangona, Cangumbe, Cachipoque y Chicala, en Luena, la última parada antes de Luau, muchas zonas han pasado de ser lugares inhóspitos a recuperar la actividad comercial y social de manera significativa.

Las comunas de Moxico destacan hoy también por mostrar señales de ese progreso que llega cuando pasa el tren. La población mira hacia el futuro con más realismo y esperanza, y las promesas de recuperación hechas por el Gobierno son hoy una realidad incuestionable.




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